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Tribuna
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Ante una nueva reconversión bancaria

La autora denuncia el uso de agentes colaboradores e intermediarios financieros en la realización de labores puramente bancarias y expone la posición del sindicato UGT ante lo que considera una reconversión del sector de banca al margen de la ley laboral

Desde UGT expresamos la preocupación de los bancarios ante la dinámica de la externalización de servicios en el sector. UGT ha manifestado recientemente al Banco de España su malestar por el uso de agentes colaboradores e intermediarios financieros en la realización de labores puramente bancarias por los negativos factores que detallamos más adelante.

Frente a una posición de debilidad bancaria en Estados Unidos y una parte de Europa debido a la crisis de las hipotecas subprime, la banca española afronta esta situación favorablemente debido a la solidez de un sistema bien estructurado, sin agentes distorsionadores de la actividad bancaria y bien controlado desde la acción del Banco de España. Concretamente la delegación de UGT expuso ante el Banco de España su preocupación por:

l El creciente uso de agentes colaboradores e intermediarios financieros en la realización de labores bancarias, actuando con distinto objetivo para el que fueron creados en su momento, lo que desvirtúa dicha figura que puede quedar, en ocasiones, fuera de los controles del Banco de España.

l La creación de entidades que, bajo el paraguas o aspecto de locutorios, se dedican a dar servicios financieros de todo tipo a inmigrantes, como es el caso de Dinero Express (BBVA) y Mundo Credit (Banco Popular).

l La cesión de carteras de clientes de la banca a los agentes colaboradores y financieros genera riesgo sobre el tratamiento de los datos personales de la clientela que puede pasar a manos de terceros.

l La situación de publicidad engañosa hacia los clientes que acuden a una sucursal que creen de su banco de siempre cuando realmente están en la de un agente colaborador, falsedad a la que contribuye el uso de los mismos elementos decorativos y de identidad del banco en cuestión, así como la utilización de la misma plataforma informática.

l Los trabajadores que prestan servicios en estas oficinas de agentes colaboradores no tienen ningún vínculo con el banco del que ofrecen sus productos y servicios. Pese a realizar una tarea puramente bancaria, su convenio es el de oficinas y despachos con condiciones sociales y económicas muy inferiores a las del convenio de banca.

l Por otra parte, el proceso de envío a empresas nuevas, impulsadas y controladas por la banca, de labores efectuadas actualmente por trabajadores bancarios, así como la subcontratación de empresas, tienen reflejo en el creciente deterioro y pérdida de calidad del servicio a sus clientes.

l El traslado de la realización de estas tareas desde centros españoles, con personal experimentado, hacia nuevas empresas, localizadas con frecuencia en otros países del cono americano o África, que tienen plantilla con contratos temporales y a los que se aplica un convenio colectivo no sólo inferior al español de banca, sino a otros muchos, produce una brutal precarización en el empleo y una fuga de caudal de conocimientos y experiencia que el sector va a acusar de inmediato.

l Pero además esta actuación de los bancos tiene reflejo directo en la situación de su plantilla, a los que obliga a cambiar su quehacer sin la formación adecuada, o bien les da salida anticipada del mercado laboral vía despido indemnizado, o prejubilación con condiciones no negociada.

De esta forma asistimos a la creación de una banca paralela, con un evidente riesgo de descontrol e incertidumbre sobre el futuro del sector financiero.

Esta reconversión del sector no se está realizando, como la anterior, en condiciones pactadas con los sindicatos. Se hace al margen de la ley laboral, saltándose el Estatuto de los Trabajadores y las recientes modificaciones del Gobierno del artículo 64, destinadas precisamente a incrementar la negociación entre las partes, lo que exige la actuación de la Inspección de Trabajo y los magistrados laborales, así como una intervención de nuestros máximos rectores en tal materia, Ministerio de Trabajo incluido.

Los adalides del outsourcing no van a resolver las cuestiones denunciadas, que la actitud de la banca está ocasionando en el empleo del sector, así como el deterioro de la calidad de servicio que actualmente presta la banca española a sus clientes. La mayor preocupación del sector financiero se dirige a reducir los costes fijos, quizás como justificación de unos disparatados salarios de sus directivos. ¿Dónde queda la responsabilidad social tan preconizada por la banca?

UGT -en compañía de los sindicatos que estén en esta línea- utilizará todos los medios de denuncia, debate y legales a su alcance tanto para evitar una reconversión salvaje mediante la negociación, como para preservar la actual sanidad y control del sector, lejos de chiringuitos financieros en la mente de todos.

María Luisa Torronteras Pérez, Secretaria sectorial de Banca de la Federación de Servicios de UGT

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