'Es urgente formar analistas económicos y de mercado'
Barcelona es la cuna de dos de las tres escuelas de negocios más importantes de España. Desde septiembre es también la sede de la GSE. Su objetivo, promover la investigación y formar economistas de élite para empresas
Andreu Mas-Colell (Barcelona, 1944) fue consejero de Universidades de la Generalitat de Cataluña desde 2000 a 2003. Antes había trabajado 24 años en EE UU, en la Universidad de California y en la de Harvard, lo que le dio prestigio mundial. Ahora es presidente de la Barcelona Graduate School of Economics (GSE). La escuela empezó su andadura el pasado mes de septiembre y tiene 100 alumnos de 31 países que cursan cuatro másteres que se imparten en inglés. La BGSE es una fundación privada integrada por la Universidad Autónoma de Barcelona, la Universidad Pompeu Fabra, el Instituto de Análisis Económicos, el Centro de Investigación en Economía Internacional, las empresas Agbar, Banco Sabadell, Caixa Catalunya, La Caixa y la fundación de empresarios Femcat. Se define como escuela de economía en una en una ciudad que tiene tres escuelas de negocios de primer nivel. Mas-Colell asegura que hay espacio para todas, 'estamos especializados en economía, tenemos un público diferente que las de gestión'.
¿Por qué nace la escuela? ¿Ha influido la Directiva de Bolonia, que hace que el máster pase a formar parte del sistema educativo?
El origen de la escuela se explica por dos factores: el primero, aprovechar la tradición de investigación en economía acumulada a lo largo de los años en Barcelona, y segundo, el desarrollo de la Directiva de Bolonia, que va a focalizar la atención en el segmento de enseñanza a nivel de máster y se notará, tendrá un efecto muy importante y visible en la configuración de proyectos de este formato en Europa. Nosotros, además, teníamos el material humano disponible para tener impacto.
'Nosotros somos muy diferentes a una escuela de negocio, sencillamente porque no enseñamos gestión empresarial'
'La Directiva de Bolonia se notará, posiblemente tendrá un efecto muy importante y visible en la configuración de proyectos de este formato en Europa'
Entonces, ¿se puede decir que sin la Directiva de Bolonia no hubiera surgido la escuela?
Es difícil sostener esa afirmación porque la educación también se está globalizando, sobre todo a partir de un determinado nivel, de máster. La movilidad de estudiantes es ya enorme y sin duda irá cada vez más en aumento; la Directiva de Bolonia, en realidad, es una tendencia. En Estados Unidos cada vez salen más escuelas de este tipo y en Europa pasará lo mismo.
¿Cuál es su sello de identidad para diferenciarse de las que ya hay? ¿Se consideran competencia de las escuelas de negocio existentes?
Nosotros somos muy diferentes a una escuela de negocio, sencillamente porque nosotros no enseñamos gestión empresarial. Formamos especialistas en analizar y conocer el entorno donde se mueve una institución o una empresa determinadas y sus mercados. Además, a la hora de realizar un MBA es deseable contar con una experiencia laboral previa, que en nuestro caso no es necesaria, la nuestra es una formación que sigue a la universitaria. A nivel mundial, queremos posicionarnos como una escuela europea. Al decir esto no queremos decir que los estudiantes sean europeos, sino de todo el mundo, pero la institución sí es europea, nos vendemos y queremos que se nos vea como europeos.
El grado de internacionalización es sorprendente. De los 100 alumnos que tienen este año sólo ocho son españoles.
Nuestra oferta se ha presentado con intensidad en todas partes, así que tarde o temprano también tendremos estudiantes de aquí. Es posible que esta proporción sea porque la concepción de los másteres ahora es muy internacional y están pensados para el estudiante que se mueve, y claro, los que se mueven de aquí prefieren irse a otros países. De todas maneras, mientras haya estudiantes de este nivel, da igual de dónde procedan.
Entonces, ¿cuál es su perfil de alumno?
Los que quieren tener un perfil analítico, no necesariamente muy técnico. Aquellos a los que les gustaría formar parte, por ejemplo, de un departamento de estrategia, que puedan analizar cómo funcionan los mercados y la economía en general. Las empresas y los bancos demandan profesionales de este tipo y es urgente empezar a formarlos. Nosotros representamos un producto muy nuevo y con muchas posibilidades de futuro. Si después el alumno descubre que le atrae la gestión y quiere continuar por ahí, puede hacer un MBA.
¿Cómo se realiza el proceso de selección?
Tenemos dos fuentes de información sobre el alumno candidato. El expediente académico, la primera, es importante y nos sirve para tener una idea de la escala en diferentes países. Segundo, tenemos muy en cuenta las cartas de recomendación de profesores, les interesa tener credibilidad, así que damos por hecho que no recomendarán a cualquiera.
A la hora de seleccionar, ¿se da más importancia al expediente o a otros aspectos?
El expediente académico y el currículum son importantísimos. Es muy fácil diferenciar entre un currículum bueno y uno gris. Es muy importante que nos aseguremos de que se trata de alumnos potentes, motivados y capaces, porque los hacemos trabajar mucho, los empujamos al límite. Otra razón es que, en cursos de este tipo, los estudiantes pueden acabar aprendiendo más de los demás alumnos que del propio profesor, porque tres o cuatro alumnos geniales juntos pueden generan unas sinergias fantásticas.
Tienen cuatro programas y prevén añadir el próximo septiembre otros dos. Uno de economía internacional y otro de macroeconomía, este último por la demanda de bancos centrales ¿Hay tanta demanda?
Sí, los departamentos de estudios de las grandes entidades financieras trabajan sobre instrumental técnico muy sofisticado, y además evoluciona constantemente. Hay mucha demanda por parte de los bancos para este tipo de cualificación. No quieren doctores ni investigadores, es un perfil que puede ser más analítico y que a la vez debe dominar las técnicas. Eso no se aprende en las carreras porque es muy especializado. Así, estos programas serán muy útiles para entrar en un mundo técnico que está siempre en desarrollo. Y nosotros tenemos el conocimiento necesario para ofrecerlo.
¿Y por qué un máster de un año?
Hemos decidido explorar esa vía, y si algún alumno necesita más, quiere seguir profundizando en conocimientos, entonces los orientamos hacia un doctorado de alguna de las dos universidades de nuestra fundación, la Pompeu Fabra o la Autónoma de Barcelona.
El coste de la matrícula es de 12.000 euros. ¿En que banda de precio se sitúa en comparación con otros estudios posgrados?
Comparado con un máster, en una escuela de negocio es barato. No hacemos propaganda por precio, es un producto muy nuevo, que supone tomarse en serio el posgrado en economía y el desarrollo de habilidades analíticas. Si nos comparamos con los programas británicos, en precio estamos en la banda baja.
Hay voces críticas con Bolonia, porque consideran que va a propiciar una educación más elitista que la actual. ¿Está de acuerdo?
Por lo menos en nuestro caso, ningún estudiante que tenga un currículum que valga la pena se va a quedar sin hacer nuestro programa, porque tenemos becas disponibles. En el presente curso, entre 20 y 25 estudiantes disfrutan de una beca. En general, hay muchas ayudas disponibles. Además como las empresas tienen cada vez más interés en encontrar talento, también quieren contribuir a la financiación de proyectos así para después poder optar a integrarlos en sus plantillas.
¿Han detectado interés por parte de las empresas en contratar los alumnos que salgan de estos cursos?
Nosotros ayudamos a los estudiantes a contactar con el mercado laboral, los presentamos en el mundo empresarial y especialmente a las empresas del patronato. El que estas empresas estén aquí ya quiere decir que nos prestan una atención especial.
¿Cuáles son las escuelas punteras en su segmento?
San Francisco (California), Chicago y Nueva York, en Estados Unidos. La London School of Economics, en Reino Unido, y en la Europa continental, París y Toulouse, en Francia; Bonn y Manheim, en Alemania, y Milán, en Italia. Después aparecemos Bruselas, Estocolmo, Barcelona o Madrid. Nuestra apuesta es muy similar a lo que se ofrece en Gran Bretaña y aspiramos en diez años a estar en primera línea. Lo cierto es que en Estados Unidos se han centrado más en doctorados y no se han desarrollado mucho los másteres en economía, lo que nos deja espacio a nosotros. El cuarto país demandante en nuestros programas es Estados Unidos.
10 premios Nobel, y Almunia en la presidencia
La Barcelona Graduate School of Economics ofrece cuatro programas (tres en el campus de la Pompeu Fabra en Barcelona y uno en el de la Universidad Autónoma en Bellaterra). Para el próximo septiembre ya está previsto el inicio de otros dos, que aspiran a convertir en diez a corto plazo.Joaquín Almunia es el presidente de honor del patronato de la fundación y el consejo científico está formado por 30 académicos de primer nivel en economía y ciencias sociales, entre los que hay 10 galardonados con el Nobel de Economía.Un dato que avala el futuro de las escuela es que, según un informe publicado en el Journal of the European Economic Association, la investigación de la comunidad académica de la Barcelona GSE se sitúa entre el segundo y tercer lugar del ranking europeo de investigación económica. De momento no faltan demandas. Este año la BGSE ha recibido 408 solicitudes.