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Columna
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La inflación acorrala a la Fed

The Federal Open Market Comité (FOMC) situó el pasado miércoles los tipos de interés estadounidenses por debajo de la tasa de inflación. Bajo la premisa de que 'la inflación se moderará en los próximos trimestres, gracias a la estabilización prevista en el precio de la energía y de otros comodities', el FOMC parece haber asumido la relación de la curva de Philips, según la cual un crecimiento del PIB más lento, o incluso negativo, conlleva un aumento del desempleo y con ello una reducción de la inflación.

En los setenta, sin embargo, se demostró que la relación de la curva de Philips entre desempleo e inflación es débil y puede ser desbordada por un rápido crecimiento del dinero y unos precios de las comodities disparados. Así pues, es muy posible que, transcurridos varios meses, la creciente inflación forzará a la Fed a revertir la tendencia y subir tipos bruscamente.

La expectativa de la Fed de una contención en los precios energéticos y de las comodities no se ha cumplido todavía. Desde que empezaron los recortes de tipos en septiembre, el precio del petróleo ha crecido un 39% y el índice CRB de Reuters del precio de las comodities se ha incrementado un 24%. Estas subidas sustanciales se han plasmado ya en la inflación de Estados Unidos. Cuando esto sucede, el precio final sobre los consumidores (IPC) debería dispararse como antes lo ha hecho el de productos industriales. Con los salarios ya bajos, el efecto de la curva de Philips para contener la inflación podría ser insuficiente para contrarrestar estas subidas.

La masa monetaria, la cual se ha venido incrementando más rápidamente que el PIB nominal desde 1995, se ha disparado también este año. El índice St. Louis Fed MZM de dinero en circulación está creciendo un inusual 30,3% anual en el primer trimestre. Los incrementos de la masa monetaria trabajan con un cierto lapso de tiempo por lo que este aumento excepcionalmente rápido todavía no se ha trasladado al IPC. Con las bajadas de tipos de interés, la Fed quizá haya exacerbado el problema.

De ser así, quizá en unos meses las estadísticas oficiales del IPC -de las que se podría decir que subestiman la realidad-, se incrementarán hasta tal punto que la Fed tendrá que afrontar el problema seriamente. Para hacerlo, deberá subir los tipos de interés rápidamente hasta que estén significativamente por encima del índice de inflación. Este proceso, como el de bajadas actuales, no será agradable.

Por Martin Hutchinson

Desembarco alemán en Grecia

A Deutsche Telekom (DT) no le deberían aceptar la toma de control de OTE a un coste tan asequible. El operador de telecomunicaciones germano está tratando de cerrar un acuerdo muy rentable con el Gobierno griego que le permita hacerse cargo del antiguo monopolio heleno con el 25% de las acciones. Un acuerdo con DT supone un mérito para OTE, pero esta entrada por la puerta trasera no es un buen negocio para los accionistas minoritarios. Los alemanes tiene el ojo puesto en Grecia desde hace tiempo. El pasado mes, DT adquirió una quinta parte de OTE a Marfin, un fondo de capital riesgo griego, por 2.500 millones de euros, con una prima del 35%.El negocio tenía dos condiciones. Primero, que DT podría adquirir suficientes acciones del 28% del holding público para ponerse en pie de igualdad con la participación del Gobierno. Segundo, que DT podría asegurar el control de la gestión, consolidando OTE en sus cuentas.Este acuerdo a tres bandas priva a los minoritarios de OTE del valor potencial de sus acciones, a pesar de que supone un cambio real del control. DT paga una prima jugosa, pero solamente a Marfin y al Gobierno griego. El acuerdo favorece a DT porque, actuando en concierto con el Gobierno, toma el control de la compañía sin traspasar el umbral del 33% del capital que le obligaría a lanzar una OPA. Mientras tanto, el Ejecutivo heleno lo vende como una alianza estratégica al haberse quedado con un mismo porcentaje del capital.Si DT quiere hacerse con la gestión de OTE con la ayuda del Gobierno, debería lanzar una oferta por el total de la compañía. Por supuesto, ni los alemanes ni los griegos quieren o pueden permitir semejante movimiento. Así las cosas, DT ya necesita el permiso del Gobierno heleno para incrementar su participación por encima del 20% debido a una ley aprobada precipitadamente el pasado año para prevenir un incremento de la participación de Marfin. La ley está siendo investigada por la Comisión europea bajo sospecha de que incumple las normas de la competencia. La intromisión política no debería permitirse si atenta contra el valor de los accionistas minoritarios, por segunda vez.Por Una Galani

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