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Euforia y decepción en Montmeló

Alonso abandonó tras romper el motor en un Gran Premio de España de Formula 1 muy accidentado. Dominio de Ferrari y victoria de Raikkonen

Euforia y decepción en Montmeló
Euforia y decepción en MontmelóREUTERS

El Gran Premio de España de Fórmula 1, celebrado el fin de semana en el Circuit de Catalunya, en Montmeló, deparó un continuo carrusel de emociones para los aficionados, pese a que acabó como se esperaba, con la victoria de Kimi Raikkonen. Desde la clasificación del sábado, con la segunda posición de Fernando Alonso, al abandono en la vuelta 34 tras romper el motor, los seguidores del piloto asturiano pasaron de la euforia a la decepción. Seguramente no era ni para lo uno ni para lo otro.

La segunda plaza de la parrilla del domingo era ficticia, como Fernando Alonso insistió en recordar. Pero el papel del R28 durante las vueltas que estuvo en pista prometió una mejora que deberá ratificarse en las próximas carreras europeas. 'Estábamos luchando con los coches punteros de los que antes estábamos muy lejos. Ahora los he visto ahí, casi los podía tocar', dijo Alonso tras abandonar la carrera, la primera vez en esta temporada que no acaba.

Al margen del papel del piloto español, sobre el asfalto de Montmeló ocurrieron muchas cosas pero una en especial puso el susto en el cuerpo a todo el mundo. El piloto finlandés del equipo McLaren, Heikki Kovalainen se salió en una de las curvas del circuito tras romper la suspensión de su rueda delantera izquierda y chocó, a unos 250 kilómetros por hora, contra el muro de neumáticos que actúa como protección. El coche quedó empotrado y hasta que se consiguió sacarlo de allí hubo momentos de tensión y de preocupación por el estado de salud del piloto.

El piloto finlandés Kimi Raikkonen, actual campeón del mundo, consolida su liderato de este año.

Heikki Kovalainen fue trasladado en helicóptero a un hospital para realizarle pruebas, aunque las primeras revisiones apuntaban a que estaba fuera de peligro y sin heridas graves.

Y es que hasta nueve coches abandonaron la carrera, sea por roturas, fallos mecánicos o por accidentes. El coche de seguridad entró en dos ocasiones, la primera vez nada más producirse la salida. Eso hizo quizá que el final de la carrera los cuatro primeros clasificados llegaran con apenas unos segundos de separación entre ellos. Un espejismo en todo caso, ya que la superioridad que ha demostrado la escudería italiana Ferrari, y en especial Kimi Raikkonen, fue abrumador durante todo el fin de semana. Segunda victoria de la temporada para el piloto y segundo doblete para la escudería, con un Felipe Massa que hizo una gran salida, adelantando a Alonso.

El tercer puesto fue para Lewis Hamilton (McLaren Mercedes) y el cuarto para Robert Kubica (BMW Sauber). El equipo Honda logró en esta carrera sus primeros puntos del campeonato gracias a la sexta plaza de Jenson Button.

El trazado de Montmeló acogió el domingo a 132.600 espectadores, unos 7.000 menos que el año pasado y no colgó el cartel de no hay entradas. El hecho de que este año haya dos citas con el mundial de F1 en España, la segunda el próximo mes de agosto en Valencia, en el circuito urbano que se está preparando y que ya ha vendido todas las localidades, ha restado espectadores a la carrera de Barcelona.

Pero no es sólo eso: que Fernando Alonso haya estado las tres primeras carreras luchando por posiciones muy retrasadas ha afectado a la moral de determinados aficionados. Pero además, hay que contar con los efectos de la crisis económica. No hay que olvidar que el montaje de la Fórmula 1 es un espectáculo caro para los espectadores y quizá los bolsillos no están para las alegrías de años anteriores.

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