El Salón de Ginebra premia a los inventores españoles
Un proyecto catalán de ahorro de agua y energía recibe cuatro galardones de la feria de las invenciones.
La preocupación por el medio ambiente y el ahorro energético son asuntos cada vez más próximos a las prioridades de los ciudadanos, que las incorporan a aspectos cotidianos de la vida. Un prueba de esta nueva sensibilidad la ha dado la reciente edición del Salón Internacional de Invenciones de Ginebra, donde las cuestiones medioambientales y ecológicas han estado presentes en buena parte de los proyectos.
Así, el Gran Premio del salón ha recaído en un inventor de Corea del Sur por un sistema de ahorro energético dirigido al control del consumo en instalaciones domésticas. Y al ahorro en el hogar va dirigido también un invento español de la empresa Disesta-JP de Palafolls (Barcelona), que ha recibido cuatro premios en el certamen: el de la Fundación Rey Abdulaziz (Arabia Saudí), el de la Oficina de Turismo de Ginebra, la medalla de oro de la feria y la felicitación especial del jurado.
El aparato de Disesta-JP avisa del momento en que empieza a salir agua caliente del grifo, evitando su derroche mientras pasa de fría a caliente. El dispositivo, un cuadro de 40x40 centímetros, se instala en el punto de bifurcación entre las cañerías de agua fría y caliente. Además, en los grifos y duchas se colocan los mecanismos de puesta en marcha. Una vez que se presiona el botón de encendido se genera un circuito cerrado de agua que utiliza las tuberías de la casa, sin necesidad de depósito alguno.
El jurado ha premiado también un rocódromo artificial articulado para practicar la escalada en espacios reducidos, ideado por dos ingenieros españoles
'Evitamos así desperdiciar una cantidad importante de agua a la espera de obtenerla a la temperatura adecuada, así como la energía necesaria mientras no se obtiene dicha agua', asegura Francesc Alemany, socio de Disesta-JP, empresa que nació hace dos años con este proyecto. 'El ahorro estimado es del 20% del gasto anual de agua. Podemos estar hablando de una media de entre 50.000 a 200.000 litros, dependiendo de la vivienda', puntualiza Alemany.
Otro de los proyectos españoles premiados (medalla de oro, Premio García Cabrerizo a la invención española y mención especial del jurado) ha sido el dos ingenieros, Víctor Sánchez y Gerardo Soret, que presentaron un rocódromo de escalada, el RAM. Se trata de una pared artificial que consta de una estructura modular de acero motorizada, dirigida por ordenador y revestida de fibra de vidrio. La formación modular permite configurar y personalizar los niveles de dificultad para practicar en espacios reducidos, como gimnasios o pabellones deportivos, este deporte, que tiene en España 130.000 federados. 'La altura puede llegar a 8 o 10 metros, aunque no es una cuestión técnica, podríamos mover incluso la torre Eiffel', afirma Víctor Sánchez. 'En espacios cerrados es difícil disponer de más de siete metros', concreta Sánchez. Su proyecto está ya en fase de comercialización.
En la edición de este año del Salón de Ginebra, celebrado a principios de abril, se han dado cita 700 expositores de 45 países. España ha contado con 29 proyectos, entre los que cabe destacar también el de la empresa Murúa, de Hernani (Guipúzcoa), que presentó un compuesto químico para cualquier tipo de pavimento mineral, cerámico, gres, granito, mármol, terrazo y bañera. Su invento ha sido galardonado con la medalla de oro, el Premio de la Oficina Española de Patentes y Marcas y la mención especial del jurado.El jurado ha premiado también un rocódromo artificial articulado para practicar la escalada en espacios reducidos, ideado por dos ingenieros españoles