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Plan

El Banco de Inglaterra lanza una inyección masiva de liquidez para la banca

El Banco de Inglaterra prepara un plan para recuperar la confianza en el mercado crediticio que supondrá un desembolso de 50.000 millones de libras (65.000 millones de euros) en conceptos de bonos del Estado, que la banca británica podrá canjear por parte de sus hipotecas en un plazo máximo de tres años, según ha informado la cadena BBC.

El proyecto, que ha sido diseñado por la entidad durante las últimas seis semanas, se dará a conocer la semana que viene y surge como respuesta del Gobierno ante la crisis financiera y las propias demandas del sector, que reclamó ayudas para desbloquear los efectos de la situación que estalló el pasado agosto en Estados Unidos y que ya ha granjeado numerosas críticas al primer ministro, Gordon Brown, por su falta de diligencia a la hora de ofrecer soluciones.

El propio Brown se reunió esta semana con los ejecutivos de los principales bancos del país para avanzar algunas de las medidas que acometerá su Gabinete, que en un intento por recuperar el mercado hipotecario ha autorizado al Banco de Inglaterra a inyectar 65.000 millones de euros mediante un sistema similar al que emplea Estados Unidos.

Así, las entidades podrán intercambiar parte de sus hipotecas por bonos del Estado en virtud de una propuesta que tiene como objetivo fundamental aumentar la confianza entre entidades y eliminar las dudas existentes en la actualidad entre los bancos acerca de la cartera hipotecaria de otros. De esta forma, el Gobierno distribuirá bonos que las firmas crediticias podrán canjear por paquetes de hipotecas que contarán como aval con el Banco de Inglaterra, que espera así incentivar a las compañías a prestarse entre ellas y acabar con los problemas de liquidez del mercado.

El plazo inicial se ha fijado en un año, pero las entidades tendrán la posibilidad de ampliarlo hasta un trienio, en base a la financiación sostenida en el tiempo que han reclamado. Además, los doce meses de duración en principio estipulados no tendrán que añadirse a la deuda nacional del Gobierno, si bien la acción supone la de mayor calado jamás acometida por las autoridades monetarias para aportar liquidez al sector bancario británico.

Reformas fiscales

Por otra parte, el primer ministro británico, Gordon Brown, ha señalado que mantiene su intención de continuar con las reformas fiscales promovidas en los diez meses que lleva en el poder y descarta revisar la polémica eliminación de la tasa del 10% del impuesto sobre la renta pese a las presiones ejercidas por miembros de su propio partido y las amenazas de renuncia en el seno de su Gobierno.

Fuentes de Downing Street rechazaron hoy la posibilidad de reflexionar la supresión de las prerrogativas para los sueldos bajos, después de que el propio mandatario se viese obligado a intervenir desde su viaje oficial a Estados Unidos para acallar las voces discordantes de destacados miembros de gabinetes ministeriales que reclaman medidas para ayudar a los 5,3 millones de trabajadores afectados por los cambios.

Tras el conato de salida de la asesora Angela Smith, a quien Brown telefoneó el jueves desde Washington para advertirla del daño que su decisión podría acarrear a los laboristas, según la BBC ya son seis los colaboradores que han apelado a una pronta actuación ante cifras como la revelada por la Comisión del Tesoro del Parlamento, que informó de que con el nuevo modelo las personas solteras sin hijos con salarios inferiores a los 24.000 euros podrían perder más de 300 al año.

No obstante, el Ministerio del Tesoro se apresuró a reaccionar ante las informaciones que aseguraban que finalmente su titular, Alistair Darling, renunciaba a suprimir el 10%, si bien fuentes del Gobierno avanzaron que habrá ayudas para los afectados por la reforma en el sistema de tasas, que según el diario ''Daily Telegraph'' se articularán en forma de compensaciones.

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