El sector minero se prepara para el año de las macrofusiones
Las operaciones de más de 1.000 millones de dólares se han triplicado desde 2005, según PwC
El sector minero parece inmune a las turbulencias por las que atraviesa la economía a nivel mundial. La oferta de casi 150.000 millones de dólares (94.858 millones de euros) que el gigante anglo-australiano BHP Billiton tiene sobre la mesa desde febrero para hacerse con su rival Río Tinto ha abierto las puertas a lo que algunos analistas llaman 'el año de la súper consolidación'. O lo que es lo mismo, de las macrofusiones.
Según el último informe anual elaborado por PricewaterhouseCoopers (PwC), el ritmo de fusiones y adquisiciones dentro del sector minero se mantendrá 'fuerte' a largo de 2008, con operaciones de calado que alterarán el panorama actual entre los grupos líderes, lo que también acelerará la tendencia a la consolidación de las empresa medianas y los pequeños productores para garantizar su supervivencia. 'Con independencia de su tamaño, ninguna compañía podrá quedarse tranquila con sus planes de crecimiento, dado que el sector sigue marcando una senda activa de fusiones y adquisiciones', subraya el Mining Deals 2007 de PwC.
La nueva dimensión que han adquirido los movimientos corporativos en el sector minero es clara con los datos en la mano. El número de operaciones valoradas en más de 1.000 millones de dólares (632,6 millones de euros) se ha triplicado en dos años, pasando de las ocho de 2005 a las 25 del ejercicio pasado.
'La crisis financiera no será un obstáculo para que las empresas se lancen a comprar'
La necesidad que tienen los grandes grupos de diversificar sus recursos y ampliar su capacidad de producción puede abrir la puerta a operaciones amistosas en las que también podrían entrar grupos industriales, interesados en tener asegurado el suministro de materias primas en un entorno de precios crecientes. 'Asimismo, y entre las empresas más pequeñas, las caídas bursátiles de inicios de 2008 han hecho más asequibles algunos objetivos de compra, lo que puede provocar una avalancha de ofertas hostiles', añade el informe.
En este marco, la crisis financiera no parece que vaya a ser un obstáculo para que las empresas se lancen a comprar. De hecho, el número de operaciones contabilizadas durante el cuarto trimestre del año pasado más que duplicó a las del mismo periodo de 2006 (510 frente a 226).
En todo 2007, el número de operaciones corporativas registradas en el sector ascendió a 1.732, un 69% más que el ejercicio precedente y más del doble que en 2005. El valor global de estos movimientos creció un 18% en el último año, hasta los 158.900 millones de dólares (100.534 millones de euros). El 90% de las operaciones materializadas tuvo un valor inferior a los 250 millones de dólares (158,1 millones de euros).
El mayor número de concentraciones afectó a las actividades relacionadas con los metales base, frente a los cambios menos intensos experimentados en el subsector de metales preciosos.
Entre los protagonistas de las principales operaciones realizadas el año pasado figuran grupos emergentes, como los rusos Rusal y Norilsk, así como varias compañías canadienses, que se han convertido en objetivo preferente de rivales extranjeros. A la compra de Alcan por parte de la australiana Rio Tinto hay que añadir la adquisición de LionOre por Norilsk o la de Uramin por la francesa Areva.
Resulta llamativo el escaso interés que el negocio minero despierta, de momento, entre fondos de inversión y capital riesgo respecto a otros sectores. 'La relación riesgo-beneficio del sector minero limita la oportunidad del recurso a deuda y la necesidad de conocimientos especializados impide el valor adicional en la gestión que podrían aportar', apunta el análisis. El año pasado, la compra más destacada protagonizada por fondos fue la de Noranda Aluminium por parte de Apollo Management.
Por regiones, Norteamérica sigue siendo el principal motor de los movimientos corporativos en el sector, con 695 operaciones por valor de 77.100 millones de dólares (48.778 millones de euros). Sin embargo, la Federación Rusa y el área Asia-Pacífico comienzan a despuntar como nuevos focos de actividad compradora. En este último caso, la lucha desatada por los recursos mineros australianos ha sido determinante. El año pasado, siete de cada diez operaciones realizadas en la región giraron en torno a activos en Australia, aprovechando la estabilidad regulatoria que ofrece el país y un marco fiscal ventajoso para este tipo de adquisiciones. En esta zona de Asia-Pacífico, también es clave la consolidación del sector minero en China, aprovechando la gran fragmentación en la explotación de oro o carbón, por ejemplo.
El futuro pasa por Rusia y China
Las empresas de Rusia y China figuran entre los actores que van a desempeñar un papel clave en la futura reorganización del sector minero. En dos años, el valor de las operaciones protagonizadas por compañías rusas y chinas se ha multiplicado por seis, hasta alcanzar los 32.700 millones de dólares (20.648 millones de euros) el pasado ejercicio. O lo que es lo mismo, la quinta parte del valor de todas las operaciones a nivel mundial.De momento, la mayor parte de las compras están teniendo como campo de juego los respectivos mercados nacionales, sin excesivas aventuras internacionales. Pero todo apunta a que esta tendencia va a cambiar. Como ejemplo, la compra de la canadiense LionOre por la rusa Norilsk o la reciente compra del 9% de Río Tinto por parte de Chinalco, asociada a la canadiense Alcan, una jugada que el Gobierno de Pekín tiene interés por repetir con la anglo-australiana BHP Billiton.