Responsabilidad y solidaridad
Investidura de José Luis Rodríguez Zapatero. La economía ha centrado buena parte del debate de investidura del presidente del Gobierno. Los autores analizan las medidas propuestas estos dos días, con las que se quiere atajar la delicada situación económica que se vaticina.
La constitución de un nuevo Gobierno abre una nueva etapa en la que hay que afrontar muchos problemas, entre los que destaca una situación económica bastante delicada, que CC OO ha venido anticipando desde hace varios años al mostrar sus flancos débiles. El desmesurado aumento en el precio de la vivienda, sostenido en bajos tipos de interés, y el alargamiento de unos préstamos hipotecarios financiados desde el exterior con cédulas hipotecarias ha permitido un impulso continuo de la demanda interna que ha determinado un muy elevado endeudamiento de las familias y el mayor déficit con el exterior del mundo desarrollado. El diferencial de inflación, la precariedad en el empleo y la afluencia de trabajadores inmigrantes completan las características del modelo de crecimiento que ha permitido una importante tasa de creación de riqueza en los últimos 14 años.
La crisis financiera internacional ha secado el crédito con las consiguientes consecuencias en la falta de lubricante que engrasaba el modelo. Con estos síntomas, parece exagerada la afirmación de robustez de los fundamentos de la economía española realizada por el presidente del Gobierno. Por otra parte, haber agotado los márgenes del modelo no confirma haber sentado las bases de un nuevo modelo productivo en la última legislatura.
La situación es seria y, aunque tarde, siempre es positivo alcanzar un consenso en el reconocimiento del problema para afrontar los retos y adoptar las políticas adecuadas. La economía española necesita de revulsivo a corto plazo, y junto a todas las actuaciones sectoriales posibles, se puede trabajar en tres aspectos novedosos: el desarrollo de la políticas dirigidas a personas en situación de dependencia, la educación de los niños entre cero y tres años, y una política de alquiler que elimine las barreras y disminuya el excesivo esfuerzo de los ciudadanos en el acceso a un bien básico como es la vivienda.
CC OO participará activamente en la definición de políticas que ayuden a cambiar el modelo productivo
La actuación en estas áreas tiene que abandonar el terreno de las declaraciones grandilocuentes para ser ambiciosa, es decir, de ámbito general y con los recursos financieros suficientes. La obra civil en infraestructuras completa las acciones a corto plazo, conociendo la dificultad para incrementar su dimensión al haber aplicado una política procíclica durante muchos años. En estas políticas a corto plazo debe jugar un papel fundamental la protección al desempleo y las políticas de orientación a las personas en paro. Las actuaciones en el corto plazo deben estar complementadas por otras de incidencia a medio plazo como son las inversiones en I+D+i y el refuerzo y corrección del sistema educativo.
La enumeración de las políticas puede ser fácil, pero su puesta en práctica se enfrenta con algunas limitaciones. Una primera es la presupuestaria. Las cuentas públicas han mejorado su solvencia pero no están tan saneadas como se asegura cuando se tienen en cuenta gastos excluidos del presupuesto de las sociedades públicas empresariales y, en una coyuntura de crisis, habrá -ya se percibe aunque no en toda su extensión- una disminución significativa de los ingresos.
En este contexto, hay opciones mejores que rebajar impuestos (400 euros) y menos hacerlos desaparecer, como es la promesa del impuesto sobre el patrimonio. Los 4.500 millones de euros de pérdida de recaudación anual (coste de ambas medidas) tienen mucho mejor destino, más cuando se pretende aumentar políticas de gasto, como ha prometido Rodríguez Zapatero en el discurso de investidura. Las cuentas, de otra forma, puede que no cuadren y aparezcan debates indeseables.
De igual manera, la puesta en práctica de mejoras en la justicia, la educación, la sanidad, la vivienda o la investigación, necesita de un mayor nivel de coordinación de los distintos niveles de Gobierno. El Estado de las autonomías tiene que superar la fase de las disputas para, desde la lealtad institucional en el respeto de la distribución de funciones y contando con un sistema de financiación suficiente que garantice la equidad en el trato de todos los ciudadanos, aunar voluntades y evitar parcelaciones ineficientes mediante una coordinación de sus actuaciones que lidere el nuevo Gobierno.
Comisiones Obreras tiene el propósito de participar activamente en la definición de políticas que puedan ayudar a cambiar el modelo productivo y mejorar la protección de las personas en peor situación, para que no se conviertan en las únicas víctimas de la crisis. El grado de responsabilidad de nuestra organización ha quedado demostrado en muchas ocasiones, sin embargo, este compromiso nos obliga a no propagar expectativas desmesuradas y a transmitir a los ciudadanos que el reto es grande y para afrontarlo es preciso voluntad pero también mucho trabajo y compromiso, porque de otra forma sólo habrá voluntarismo y buenas palabras, instrumentos insuficientes para superar la actual situación de crisis.
Si la percepción de vulnerabilidad se socializa, quizás se reverdezcan los valores con los que se construyen las sociedades ricas y justas: esfuerzo, responsabilidad y solidaridad.
José María Fidalgo, secretario general de CC OO y