El FMI teme un mayor deterioro crediticio
En el FMI domina un sentimiento sombrío. El director del departamento de política monetaria y mercados de capitales, Jaime Caruana, afirmaba ayer 'que ha emanado del sector subprime de EE UU se amplíe en un marco de significativa desaceleración económica'.
El Informe del FMI no deja muchas dudas sobre el grave alcance de la crisis que se ha originado en el sector hipotecario de EE UU. Caruana habló ayer de un 'fallo colectivo' a la hora de prever la extensión de una crisis que puede pasar una abultada factura total al sector financiero. Según los cálculos del Fondo, si se suman todos los préstamos hipotecarios y otras categorías de préstamos además de valores emitidos en Estados Unidos y vinculados a inmuebles comerciales, créditos de consumo y empresas, las pérdidas potenciales agregadas suman casi un billón de dólares, en concreto 945.000 millones de dólares (602.000 millones de euros).
Este es el peor escenario posible y ni siquiera las peores previsiones de la banca de inversión habían puesto el listón de pérdidas en niveles tan altos. No obstante, para el Fondo la proyección más probable de pérdidas ronda los 565.000 millones de dólares.
'El deterioro en los mercados de crédito se extiende en todo el espectro crediticio hasta llegar a los que no tienen riesgo aparente', explicaba Caruana en una rueda de prensa. El que fuera responsable del Banco de España aseguró que con el cambio de ciclo económico es posible que la morosidad sea mayor, y aunque los créditos que no son subprime han sido más rigurosos con respecto a la ortodoxia, 'ninguno quedará aislado del deterioro cíclico y el endurecimiento de las condiciones crediticias'.
'La crisis puede ser más grave que en otros ciclos'
En el Informe se advierte que las amenazas a la estabilidad financiera han aumentado y que incluso puede haber problemas para los mercados emergentes. Y es que aunque los riesgos más serios se centran en la economía de EE UU estos pueden tener un 'impacto significativo en instituciones financieras sistémicamente importantes que pueden contagiar a los mercados globales'.
El Fondo, de hecho, ha alertado de los riesgos a los que se enfrentan 'los países industriales donde los precios de la vivienda están por encima de sus parámetros fundamentales económicos o donde los balances de las empresas o los hogares soportan más presión'. En este sentido, la semana pasada esta institución citó a España entre uno de los países con una sobrevaloración de vivienda en términos reales, del 15% al 20%.
Caruana afirmó ayer que con la debilidad de la economía y la posibilidad de mayores pérdidas, los balances de los bancos están bajo una mayor e intensa presión que puede limitar su capacidad para seguir prestando, algo que ya se está viviendo en EE UU.
Este responsable del Fondo advirtió, además, que este círculo vicioso de debilidad financiera y económica puede ser ahora 'potencialmente más severo que en otros ciclos similares debido al elevado nivel de titulización y apalancamiento en el sistema'.
El informe del Fondo es contundente y estima que la crisis actual es más que un problema de liquidez. 'Se ha puesto de manifiesto la fragilidad de los balances y la debilidad de las bases de capital, lo que significa que sus efectos serán más amplios, profundos y duraderos'.
A partir de este diagnóstico, el FMI hace tres cosas. Primero, entonar un mea culpa al admitir que en el pasado se han infravalorado los problemas derivados del mercado del crédito en EE UU. Caruana dijo que tenían que ser humildes en este sentido porque aunque desde hace años viene advirtiendo del riesgo del elevado apalancamiento nunca se llegó a ver el potencial de la crisis.
En segundo lugar el FMI vuelve a advertir que la crisis necesitará la atención del sector privado, del público y posiblemente del dinero público. 'Hay que estar preparado para una pronta intervención'. Por último, el departamento de Caruana hace una serie de advertencias y recomendaciones de corto y medio plazo para asegurar la capitalización y balance de los bancos, aumentar la supervisión y mejorar la transparencia de los productos financieros.
Perspectivas del fondo
España, bien capitalizada.Caruana dice que el sistema financiero español está bien capitalizado y que el primer shock de una corrección de la vivienda tendría más un impacto económico que financiero. Si la economía se deteriora entonces, el impacto en la banca sería mayor. 'En general, la banca española está razonablemente preparada', dice.Aviso a gobernantes.El FMI es partidario de la intervención. El Informe de Estabilidad dice que 'es aconsejable que las autoridades hagan planes de contingencia en caso de haber grandes volúmenes de activos desvalorizados cuyo castigo contable pudiera desencadenar una dinámica adversa y fuertes efectos negativos en la economía real'.Una mejor supervisión.El Fondo admite que la relación de suficiencia de capital con respecto a los riesgos 'quizá no estén contemplados' en Basilea II. El FMI pide más 'atención a garantizar que los bancos tengan un sistema apropiado de gestión del riesgo' y que las autoridades puedan insistir en la necesidad de incrementar las reservas.Estándares para los mercados.El departamento de Caruana dice que para evaluar mejor el riesgo hay que dotar de mayor transparencia a los productos estructurados desde su origen. Hay que estandarizar ciertos componentes para ayudar a entender los riesgos, tener un mercado secundario más líquido y facilitar la comparación de valoraciones.Lecciones para la banca.Sugiere el Informe de Estabilidad Financiera que la banca incorpore en sus modelos de riesgo de mercado saltos más drásticos de los precios y movimientos de correlación, ajustando en lo posible los indicadores de riesgo. Además, pide supuestos más realistas sobre la liquidez de los valores estructurados complejos.Oro para sanear el Fondo.La cotización del oro se ha alejado de sus máximos en parte por el anuncio del FMI de su intención de vender 400 toneladas de las más de 3.000 que tienen en sus reservas. La venta, que ayudaría al FMI a resolver su propia crisis financiera debe ser aprobada por el Tesoro de EE UU y los 185 miembros del Fondo.