El Estado ingresa 40 millones por los depósitos de españoles en paraísos fiscales europeos
La ley comunitaria de fiscalidad del ahorro permitió que España ingresara 40 millones de euros en 2006 -único año del que hay datos-. Este dinero procede de los rendimientos de cuentas bancarias de españoles en países europeos donde hay secreto bancario como Austria, Bélgica, Suiza, Mónaco o Liechtenstein.
Los datos que maneja la Agencia Tributaria, a los que ha tenido acceso este periódico, indican que España recibió 40 millones de euros por la ley europea de fiscalidad del ahorro -que entró en vigor el 1 de julio de 2005- procedentes de Austria, Luxemburgo, Bélgica, Suiza, Liechtenstein, San Marino, Andorra y Mónaco.
Para los expertos se trata una cifra muy baja, que pone de manifiesto las inmensas lagunas europeas en la lucha contra la evasión fiscal y la poca eficacia de la ley de fiscalidad sobre el ahorro. Alemania y otros países quieren reformarla tras el escándalo de Liechtenstein donde se descubrieron cuentas secretas de más de 1.000 contribuyentes, la mayoría alemanes.
La directiva sobre fiscalidad del ahorro establece que los rendimientos del ahorro en forma de intereses, obtenidos en un Estado por un no residente, se sometan al régimen fiscal del país de origen. Para ello, la norma obliga a los Estados miembros a intercambiar información entre sí.
Sin embargo, Austria, Luxemburgo y Bélgica rechazaron renunciar al secreto bancario. A cambio, estos países se comprometieron a practicar una retención sobre los rendimientos del ahorro de los no residentes del 15% de 2005 a 2008, del 20% durante los siguientes tres años y del 35% a partir de 2011. Parte de la retención, el 75%, se envía al Tesoro de los países de origen de los titulares de las cuentas. Andorra, Liechtenstein, San Marino, Suiza y Mónaco firmaron convenios equivalentes con la UE.
350 millones de beneficios
Que España haya recibido 40 millones por cuentas de españoles en estos paraísos fiscales implica que obtuvieron 350 millones de beneficios en intereses en 2006. La Agencia Tributaria no ha especificado la cantidad que ha enviado cada país que tienen la obligación de gravar los rendimientos de sus clientes bancarios no residentes, aunque ha asegurado que todos, en mayor o menor medida han contribuido. En cualquier caso, Ricardo López, asociado senior de tributación internacional de KPMG, recuerda que la ley de fiscalidad nació como un acuerdo de mínimos ante la dificultad de lograr un consenso entre los Estados miembro. De hecho, la ley se aprobó tras años de arduas discusiones y con la beligerancia de Austria, Bélgica y Luxemburgo que no querían ver dañado su atractivo sistema financiero.
Entre las muchas deficiencias, los expertos destacan que la ley sólo grava los rendimientos del ahorro en forma de intereses y excluye el pago de dividendos, las pensiones, los seguros y otros vehículos de inversión. Por otra parte, la norma rige sólo para las personas físicas y no para las sociedades. Muchos de los evasores descubiertos en Liechtenstein estaban relacionados con sociedades para evitar cualquier retención.
Europa se enfrenta a un viejo y arduo debate
Alemania se ha convertido en el abanderado de Europa en la lucha contra la evasión fiscal. No en vano es el país más perjudicado por el escándalo de Liechtenstein y ha abierto un viejo debate sobre la necesidad de poner coto a la fuga de capitales hacia paraísos fiscales dentro de la UE. José Luis Gonzalo, socio de fiscalidad internacional de Ernst Young Abogados, reconoce que será muy complicado llegar a un acuerdo ya que el secreto bancario es la base de economías como la de Luxemburgo o la de Liechtenstein. Gonzalo defiende que la ley actual es completamente mejorable, ya que no hay ninguna manera de auditar y controlar que los paraísos fiscales cumplan con la legislación y graven los rendimientos del ahorro, explica. Y recuerda que ya a principios de los 90 se intentó que paraísos fiscales como Luxemburgo colaboraran en el intercambio de información. Huelga decir que el intento fracasó.