Una despedida emotiva
Fue el de ayer un adiós cercano, emotivo y muy afectuoso, tal y como era Isabel Polanco. Desde sus más próximos colaboradores, muy tristes y silenciosos, hasta trabajadores de las empresas de PRISA y personalidades del mundo de la edición, la cultura, la política y la empresa, todos quisieron despedirla en la capilla ardiente que se instaló en la sede de la Fundación Santillana, en Madrid.
La familia de la consejera delegada del Grupo Santillana -su madre, su marido, sus hijos y sus hermanos- recibieron el cariño de centenares de amigos que durante horas formaron una larga cola en el velatorio, repleto de coronas y ramos de flores blancas.
Algunos de los escritores a los que ella cuidó de manera muy especial durante años, como Juan José Millás, Javier Marías, Arturo Pérez Reverte, Manuel Rivas o Clara Sánchez, lamentaban su pérdida. También asistieron José Blanco, secretario de Organización del PSOE; los ministros en funciones Alfredo Pérez Rubalcaba y Elena Salgado, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón y el diputado del PP Manuel Pizarro. La presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, mandó un telegrama desde Buenos Aires. El mundo de la empresa estuvo representado por los presidentes de Banesto, Ana Patricia Botín, y BBVA, Francisco González; así como el empresario Plácido Arango, ex presidente del Grupo Vips y actual presidente del patronato del Museo del Prado. También acudió la escultora Cristina Iglesias.
Los restos mortales de Isabel Polanco saldrán hoy de la Fundación Santillana a las 13.40 horas para dirigirse al crematorio del cementerio de la Almudena de Madrid.