Los inversores y la inflación
Uno de los tópicos de discusión favoritos del mercado es la inflación. Como tal, resulta ser un fenómeno pernicioso que resta valor a medida que el tiempo pasa. La lucha contra la misma siempre forma parte de los mandatos más o menos complejos de las autoridades monetarias.
A nivel doméstico y europeo vivimos un momento de repunte de los precios. Varias son las causas que hacen que esta misma semana la Comisión Europea haya elevado sus expectativas de inflación para la zona euro del 2,1% al 2,6% en apenas unos meses. La persistencia de los precios del petróleo, las subidas de algunos alimentos básicos hacen que nos enfrentemos a un complejo panorama.
Las recetas clásicas para luchar contra la inflación abogan por políticas monetarias más restrictivas. En este sentido, una de las medidas son las subidas de tipos de interés.
En estas estábamos en 2007 cuando la economía se empezó a desacelerar de forma severa. El dilema es claro: ¿sacrificamos la inflación en el corto plazo a cambio de crecimiento o estabilidad? La respuesta de la Reserva Federal estadounidense, más contundente, y del Banco Central Europeo, más templada, más ortodoxa, ha sido la del sacrificio del objetivo de inflación.
Uno ha bajado los tipos de interés, el otro ha detenido sus subidas. Pero, los riesgos siguen abiertos. Como siempre, las dificultades se transforman en oportunidades cuando hablamos de inversión. Así, las clases de activos que sirven como refugio a la inflación están teniendo un año excepcional. El oro acumula en lo que va de año un 14%, la plata el 21%, los fondos de materias primas no metálicas (grano, azúcar, ) por encima del 13%, los productos que actúan como seguro contra la inflación llevan rentabilidades que en promedio superan el 2% (con volatilidad mucho más baja que los anteriores). Además, el efecto llamada o los flujos adicionales que provoca, añaden tensión al momentum de estos activos.
Juan Luis García Alejo. Director de Análisis de Inversis Banco