Seguridad en la banca española
La banca española está sorteado con seguridad las amenazas que se ciernen sobre el sector bancario mundial. La última semana ha sido especialmente relevante en este sentido, por cuanto la incertidumbre se ha cobrado la primera víctima entre los grandes bancos de inversión estadounidenses. El pasado domingo, JPMorgan accedió a comprar a precio de saldo Bear Stearns, el quinto banco de inversión del país, después de que la Reserva Federal saliera al rescate de la entidad, sumida en una aguda crisis de liquidez. Como era de esperar, la volatilidad, que ha afectado al sector bancario en todo el mundo desde que se desató la crisis de las subprime en EE UU, se ha extremado en las últimas sesiones ante el temor de los inversores a nuevos cadáveres financieros.
En este contexto aún más volátil, la banca española ha salido airosa y las entidades cotizadas se han colocado en cabeza de las subidas del Ibex 35 en la última semana. El Santander ha recogido un alza del 4,43%, y BBVA, otra del 2,12%. Popular y Sabadell, por su parte, se han anotado ganancias respectivas del 5,18% y del 5,33% en las cuatro sesiones.
El mercado, así, parece que ha comenzado a ser más selectivo, después de un largo periodo en el que toda la banca, sin apenas excepción, se ha visto penalizada por los inversores. Los analistas destacan la salud de la banca española. Principalmente, por la escasa exposición al negocio de banca de inversión y, en el caso de los grandes bancos, por su diversificación geográfica. A ello se une una elevada tasa de liquidez, de la que presumen las entidades, y altas cotas de provisiones -casi 35.000 millones de euros-, acumuladas gracias en gran parte al celo del Banco de España.
A nadie se le escapa que, junto a un posible contagio contra el que debe estar preparado, sobre el sector penden riesgos latentes derivados del parón inmobiliario y la ralentización de la economía española. Factores que habrá que vigilar estrechamente. Pero también es cierto que las valoraciones en Bolsa de los bancos españoles son ahora bajas, y las entidades pueden convertirse en una oportunidad de inversión.