¿El 'bonus' de los ejecutivos es pecado?
A partir de ahora, según el Vaticano, ser rico será pecado. Y atentar contra el medioambiente. Ante esta nueva iniciativa de la Iglesia sólo cabe el sonrojo. También es cierto que no aclara qué se entiende, según el criterio de la Iglesia, por rico. ¿Cuántos bienes son necesarios para ser considerado como tal? Según la Real Academia de la Lengua, rica es una persona adinerada, hacendada o acaudalada. También define lo que es nuevo rico, que a lo mejor es a lo que se refiere y molesta tanto a Ratzinger. Y es aquella persona que se ha enriquecido bruscamente y que hace ostentación de su dinero, y frecuentemente deja ver su incultura y tosquedad. Puede que sea así, pero tampoco se puede condenar a aquellas personas, empresarios o profesionales, que han conseguido, con un golpe de suerte, incrementar su patrimonio y a la vez tengan mal gusto a la hora de gastárselo. No es condenable, sobre todo teniendo en cuenta que una de las mayores fortunas y patrimonio está en manos de la Iglesia.
Me vienen a la memoria muchos nombres de ejecutivos y empresarios que, a los ojos del Vaticano, viven en estos momentos en pecado. Y también los buenos pellizcos millonarios que se llevan muchos ejecutivos españoles, cuando ejecutan su bonus anual, fruto de su esfuerzo, dedicación y trabajo. Y es esa compensación la que les anima, sin duda, a continuar trabajando para que sus empresas sean más competitivas e incrementen cada vez más sus beneficios. O el caso del fundador de Inditex y la primera fortuna de España, Amancio Ortega, o las hermanas Koplowitz, y tantos y tantos empresarios y emprendedores, que con intuición y esfuerzo han contribuido a crear riqueza en España, pero también han alimentado sus cuentas personales. Normal. ¿Qué tienen que hacer renunciar a su retribución y a su dinero para no vivir en pecado? ¿O mejor, han de dárselo a la Iglesia? Tampoco vamos a ofrecer sugerencias, que cada uno lo invierta en lo que considere oportuno, pero que nadie se sienta avergonzado de lo que gana. Lo que sí debería ser pecado es cómo muchas empresas explotan a sus empleados, fomentan las desigualdades económicas y sociales entre sus trabajadores y mantienen unas jornadas de trabajo sin descanso. ¿Vivirá en pecado Bill Gates? El fundador de Microsoft ha amasado una gran fortuna, sin duda, pero ha contribuido al progreso mundial, y además es uno de los mayores filántropos del mundo. Que tomen nota algunos.