Concurso de ideas y ayudas
Es fácil perder la cuenta de los planes presentados, a medio presentar, desestimados y en estudio que tienen como fin enderezar el mercado de la vivienda, la raíz de los actuales problemas de la economía y el sector financiero de EE UU.
El sueño americano de la vivienda en propiedad es hoy pesadilla gracias a la irresponsabilidad e imprudencia con la que se concedió el crédito, como vino a decir el viernes el presidente de la Fed, Ben Bernanke. Para evitar entrar en el delirio, varios economistas de prestigio dijeron la semana pasada que hay que ser creativos y 'pensar lo impensable'.
El autor de esto último es John Lipsky, subdirector gerente del FMI que animó a los Gobiernos a que utilizaran el gasto público para estimular el crecimiento económico. El mensaje tiene interés porque no es algo que se suela oír mucho en esta institución internacional, normalmente más interesada en soluciones de mercado y en equilibrios presupuestarios. Con su consejo, Lipsky se dirigía en particular a Gobiernos que tuvieran flexibilidad presupuestaria, cosa de lo que Washington carece, pero el FMI ya aplaudió en su momento el paquete de ayuda fiscal de 160.000 millones.
También Robert Rubin, ex secretario del Tesoro con Bill Clinton y alto ejecutivo de Citigroup, dijo el viernes que los mercados financieros han entrado en 'territorios inexplorados' y que el Gobierno podría tener que mostrar una 'acción sustancial adicional' para ayudar a los propietarios de viviendas. Rubin habló de dinero público para ello.
Bernanke ya ha dado ideas. Hace unos días propuso que los bancos rebajaran el principal de las hipotecas para evitar el fuerte desfase entre lo que debían los hipotecados y lo que vale ya su devaluada propiedad.
Bernanke tiene sobre sus hombros el peso de buena parte de la crisis.
Desde septiembre ha bajado los tipos de interés y se espera que mañana los baje más de medio punto porcentual. Ha inyectado dinero al mercado y el martes anunció la puesta en marcha de un instrumento de préstamo que se queda muy cerca de ser considerado un tipo de rescate, ya que acepta como garantía MBS, títulos apoyados en hipotecas, algo de lo que el mercado huye.
Con su rescate de Bear Stearns el viernes, en concertación con JPMorgan, la Fed se está ganando críticas de los puristas del mercado que creen que hay que dejar que éste se arregle a sí mismo y no temen el efecto dominó que provoque quien se quede en la cuneta.
El presidente, George Bush, no es tan purista y el mismo viernes dejó caer en Nueva York que podría haber más ayudas para la vivienda. Eso sí, hizo notar que ya había en marcha iniciativas a las que había que dar tiempo y que no están de acuerdo con utilizar dinero público. El presidente desestimó el plan de crear un fondo público para comprar casas abandonadas o dar a los jueces de las suspensiones de pagos poder para cambiar los términos de las hipotecas, algo de lo que ya se ha hablado.
Pero en debate hay un nuevo plan que Bush no ha rechazado. Es una iniciativa demócrata para que la Agencia Federal de la Vivienda (FHA) asegure préstamos cuyo principal haya sido rebajado por los bancos, de tal manera que sean más fáciles de asumir por los hipotecados. Sería un plan voluntario para minimizar las pérdidas de los bancos (que pierden más haciéndose con casas). El concurso de ideas sigue abierto y es de prever que haya más.