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Tribuna
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El comportamiento de la Bolsa ante los comicios

La perspectiva de los inversores El aumento de escaños del PSOE puede facilitar las tareas de gobierno y, por tanto, exigirá menores pactos, lo que genera una mayor tranquilidad en los mercados, según los autores. Aun así, el presidente Zapatero seguirá necesitando apoyos y la Bolsa se mantendrá a la expectativa.

Aún es pronto para poder anticipar cómo reaccionará el mercado doméstico de acciones al resultado de las pasadas Elecciones Generales celebradas el domingo 9 de marzo en España. Si bien en los primeros compases de la sesión del ayer lunes 10 los índices españoles presentaron un comportamiento algo mejor que sus homólogos europeos, se hace realmente difícil poder llegar a concluir en qué medida la influencia de los resultados electorales determinaba las cotizaciones que se vieron ayer en el parqué madrileño.

Todavía tendremos que esperar unas semanas más, hasta que se configure el mapa final y conozcamos los pactos que tendrán lugar entre los diferentes partidos para garantizar la gobernabilidad de la próxima legislatura. Y durante este proceso iremos conociendo la sensibilidad del mercado a los diferentes escenarios que se irán planteando en los próximos días.

¿Por qué es importante el resultado de las elecciones? Sencillamente porque el inversor busca la seguridad de un marco estable y la garantía de crecimiento económico para las empresas en y fuera de su país de origen.

Dado el resultado obtenido el domingo por los dos partidos más votados -Partido Socialista y Partido Popular-, una primera evaluación del resultado de los comicios debería traducirse en una menor prima de riesgo para la Bolsa española. Y dado que ninguno de ellos posee la mayoría suficiente como para poder tomar por sí solos decisiones relevantes en materia económica, los pactos que resultarán serán esenciales. En este sentido, la experiencia nos dice que pactos con partidos conservadores habitualmente son mejor interpretados por la Bolsa.

Los mercados analizarán con más detenimiento ahora que hace cuatro años los pactos que resulten necesarios, ya que el actual ciclo económico no se halla en la misma fase que entonces cuando ganó por primera vez José Luis Rodríguez Zapatero.

El consenso de previsiones de crecimiento de las economías indica ralentización, la tasa de inflación es superior, como lo es el precio del dinero, es mayor el endeudamiento de empresas y familias y el sistema financiero -responsable de canalizar el ahorro hacia la inversión- posiblemente requiera de nuevos ajustes.

Son los riesgos de los que venimos hablando desde hace tiempo y que el mercado viene teniendo en cuenta desde hace varios meses. Debido precisamente al entorno macroeconómico actual, el inversor será más crítico a la hora de valorar pactos y decisiones. Sin querer parecer ingenuo, la prioridad de la política económica en estas circunstancias debería ser fomentar el crecimiento de la economía y el empleo mediante actuaciones concretas y reformas estructurales, procurar que otras actividades económicas ocupen el vacío que los sectores inmobiliario y constructor irán dejando y mejorar el saldo deficitario de la balanza comercial, todo ello sin comprometer en exceso el gasto público y el nivel de deuda sobre el producto interior bruto.

Y debería preocuparnos tanto el análisis del inversor español como la interpretación que el inversor extranjero realice de todo ello. Pensemos que si al invertir en compañías de nuestro país de origen buscamos un mínimo de estabilidad, cuando lo hacemos en compañías extranjeras este mínimo se eleva. En este punto cabe recordar que en las principales empresas españolas cotizadas la presencia de inversores institucionales extranjeros es elevada.

Pensemos en las últimas declaraciones del presidente de la eléctrica alemana Eon, en las que se refería a la dificultad de realizar adquisiciones de cierto tamaño en España... Y si bien Francia e Italia defienden como quieren o como pueden la soberanía de sus empresas, la inversión mira a estos países con un cristal de otro color.

Jesús Muela, Director y responsable de corporate finance y análisis financiero de GVC

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