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Salud

El sector pide un órgano que frene la alarma social por las antenas

El sector industrial de la sociedad de la información exige que el actual Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud sea una agencia institucional con dotación presupuestaria que sirva de freno científico a la alarma social generada por las antenas.

El último brote de la epidemia de fobia contra la instalación de antenas de telefonía móvil en distintas ciudades y pueblos de España se ha declarado en Palencia. Es uno más en una sintomatología que parece no tener fin. El Comité Científico Asesor de Radiofrecuencias y Salud (Ccars), ha vuelto a salir a la palestra para reiterar el convencimiento de la comunidad científica de que, con los conocimientos médicos actuales y tras la realización de insistentes estudios, no se ha detectado ningún riesgo para la salud en las emisiones electromagnéticas de las antenas celulares.

El Ccars es un organismo independiente de las administraciones creado con la colaboración de la Universidad Complutense de Madrid e integrado por prestigiosos científicos, que lleva dos años trabajando en este cometido.

Las industrias españolas relacionadas con la Sociedad de la Información y las autoridades sanitarias, sin embargo, creen que ha llegado el momento de dar un paso adelante con el fin de homologar a España con los países del entorno también en este campo. Nuestros vecinos franceses, alemanes, holandeses o británicos han creado agencias ad hoc con un mandato específico de aportar conocimientos y consejos que sirvan de guía a los gobiernos, empresas y sociedad a la hora de valorar cuestiones técnicas o sanitarias en relación con los riesgos electromagnéticos.

Los instrumentos que emiten radiaciones inocuas son muy variados

Francisco Vargas, miembro fundador de Ccars, explica que una Agencia, en comparación con el actual Comité Científico, tiene dos ventajas principales. La primera que permitirá poner el foco de los estudios y valoraciones en el amplio campo de los presuntos riesgos sobre la salud de las emisiones no ionizantes. Con ello se desvinculará la actividad del organismo científico asesor del monotema en relación con las antenas de móvil. Vargas asegura que los agentes de este tipo de emisiones 'que no tienen consecuencias negativas sobre el ADN, a diferencia de las ionizantes', son muy variados. Entre otros cita 'las líneas de alta tensión, los transformadores eléctricos, los electrodomésticos, las redes Wifi, la radio, la televisión, los radares o las fotocopiadoras'.

La segunda ventaja de la creación de una Agencia consiste en que estaría dotada de un presupuesto propio y además tendría asignada una plantilla que daría mayor relevancia a sus dictámenes.

Revisar de forma permanente el conocimiento sobre la materia

El principal cometido del Ccars es proporcionar asesoría científica sobre emisiones radioeléctricas no ionizantes a entidades públicas y privadas desde un punto de vista objetivo e independiente. Para ello revisa y evalúa permanentemente el conocimiento científico sobre las radiofrecuencias y la salud y efectúa un seguimiento de las nuevas evidencias publicadas en las revistas especializadas en esta materia. Otro cometido de gran importancia del comité es colaborar en la identificación de los productos de esta tipología que realizan publicidad engañosa. Igualmente es el encargado de dar respuestas objetivas a las dudas planteadas en los medios de comunicación sobre los efectos de las radiofrecuencias.

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