Confianza en el futuro
Las empresas españolas se muestran prudentes ante la desaceleración económica internacional, pero están muy lejos del pesimismo. Las grandes corporaciones mantienen o, incluso, mejoran sus previsiones de ventas para el presente año y anuncian planes de inversión. La confianza del empresariado español se explica en parte por los resultados con que cerraron el pasado año las sociedades del parqué madrileño cuyos beneficios netos crecieron un 15,5%. Son casi 50.000 millones de beneficios, lo que supone el quinto año consecutivo de récord. No obstante, el cuarto trimestre se ha mostrado más débil lo que ha limitado la cuantía total. Son, en conclusión, unos resultados que dejan sin argumentos a los agoreros sobre la situación económico-empresarial en España.
Prudencia y optimismo no están por consiguiente reñidos y la mayoría de las compañías calculan que sus crecimientos pueden ser de dos dígitos. De hecho, los grandes bancos -con los cotizados Santander y BBVA a la cabeza- han cifrado el crecimiento para este año en el entorno del 15% y mantienen buenas perspectivas en un plazo de tres ejercicios. Y esto en plena debacle del sector financiero internacional, muy afectado por la crisis subprime que no ha salpicado a la banca española. Al igual que las entidades financieras, el resto de las sociedades del Ibex han ido desvelando durante estos días unas previsiones muy alejadas de lo que cabría esperar si pensaran en una crisis. Tres casos se pusieron ayer de manifiesto.
Telefónica sorprendió a los mercados con unos resultados mejores de lo esperado, 8.900 millones de euros de beneficios, un 43% más que un año antes. Para 2008, el presidente de la operadora, César Alierta, se mostró optimista, al subrayar que no prevé que el menor ritmo de crecimiento de la economía mundial vaya a tener un gran impacto sobre su cuenta de resultados. La implantación de la multinacional española en dos docenas de países le aporta una gran fortaleza como operador global. Por este motivo, lanzó un mensaje de tranquilidad a sus accionistas al pronosticar que los ingresos crecerán a niveles ligeramente superiores, entre un 6% y un 8%, a los del pasado año.
Repsol YPF y FCC también dieron ayer a conocer sus resultados y sus mensajes fueron igualmente alentadores. Se suman así, al optimismo del resto de las grandes empresas que han ido desvelando sus previsiones estos días. Ambas presentaron planes de futuro. En el caso de la petrolera, las inversiones para los cuatro próximos años alcanzarán los 32.800 millones de euros de los que 10.000 millones se destinarán a sus plantas de refino españolas. Las previsiones presentadas por el presidente de la hispano-argentina, Antonio Brufau, son que este plan permita triplicar el beneficio neto en este periodo.
Otro caso claro de que la desaceleración económica ni asusta, ni paraliza a las empresas españolas es FCC, cuyo beneficios de 2006 crecieron un 47%. El nuevo consejero delegado, Baldomero Falcones, anunció que buscan nuevos negocios, concretamente en el sector energético, sumándose así a otras constructoras como ACS y Acciona. El pesimismo inmovilista se queda, pues, para otros entornos, no para el empresarial.