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Columna
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Una economía preparada para el futuro

La legislatura que ahora concluye ha sido un periodo de importantes avances en materia de bienestar para los ciudadanos. El crecimiento económico ha alcanzado el 3,7% de media y ha venido acompañado de un intenso proceso de creación de empleo, que ha permitido que el número de personas ocupadas haya superado los 20 millones, 3 millones más que a principios de la legislatura. Se han dado, también, pasos significativos en el área de la protección social, con medidas como la Ley de Dependencia, la subida del salario mínimo interprofesional y las pensiones mínimas o la ampliación de la cobertura de las prestaciones por desempleo.

Con todo, en el periodo más reciente han surgido algunas preocupaciones sobre la marcha futura de la economía española. Estas preocupaciones, sin duda legítimas, han sido utilizadas por algunos no sólo para cuestionar la capacidad de gestión del Gobierno sino también, y quizás más grave, para lanzar mensajes alarmistas que no benefician a nadie.

La primera de las cuestiones es la relativa al proceso de desaceleración en que se encuentra inmersa la economía española y al efecto que está teniendo sobre las últimas estadísticas de empleo publicadas. Es cierto que nos encontramos ante una normalización del sector de la vivienda en España, que se está viendo acompañado además por turbulencias en los mercados financieros internacionales. Esto hará que en los próximos trimestres el crecimiento y la creación de empleo en nuestro país no sean tan dinámicos como el de los últimos años, al igual que en el resto de países desarrollados.

España seguirá creciendo y creando empleo en los próximos años, y lo seguirá haciendo por encima de sus socios comunitarios

Se han mejorado las condiciones para los autónomos, lo que facilitará el espíritu emprendedor y los proyectos innovadores

Sin embargo, todos los analistas coinciden en señalar que nuestro país seguirá creciendo y creando empleo en los próximos años, y que lo seguirá haciendo por encima de nuestros socios comunitarios. Nuestro sector residencial cuenta con importantes soportes que permitirán mantener un suelo razonable de construcción de viviendas, tal y como muestran los datos de población, el aumento en el número de salarios por hogar o la demanda de inmuebles por parte de no residentes, por poner sólo unos ejemplos. Asimismo, los 7.900 millones de euros que se dedicarán este año a las políticas activas de empleo ayudarán a que en los próximos trimestres se pueda producir un trasvase no traumático de mano de obra entre los diferentes sectores de nuestra economía.

En segundo lugar, desde el verano hemos sido testigos de una escalada en los precios internacionales de algunas materias primas, tanto energéticas como alimenticias. Fruto de ello, la inflación se situó en el mes de enero en el 4,3%, una cifra que, si bien no es satisfactoria, debe ser analizada con rigor y perspectiva.

La reciente aceleración de los precios se debe a factores externos que remitirán a partir de la próxima primavera y que se ven magnificados por la estructura impositiva de los hidrocarburos en España, así como por la mayor presencia de alimentos y combustibles en la cesta de referencia con que se elabora nuestro IPC. Por lo demás, y esto es lo realmente importante, la buena evolución de la inflación subyacente confirma que el repunte actual de la inflación será temporal y que los precios crecerán por debajo del 3% al final de este ejercicio.

El tercer elemento de preocupación para muchos ciudadanos ha sido la evolución del euríbor, por sus efectos sobre la carga hipotecaria. En relación con esto, puede señalarse que las recientes caídas del euríbor y el comportamiento esperado de este indicador en los próximos meses llevan a pensar que en un muy breve espacio de tiempo las revisiones hipotecarias comenzarán a ser a la baja.

Las perspectivas a medio plazo son razonablemente positivas. Y, si el Partido Socialista mantiene la responsabilidad de Gobierno, ya ha anunciado la adopción de medidas inmediatas que ayudarán a que las familias españolas puedan afrontar en mejores condiciones las subidas de precios y tipos de interés. Este es el objetivo de la rebaja fiscal de 400 euros para familias, autónomos y pensionistas. Y éste es el objetivo, también, de la medida que acaba de anunciar el vicepresidente Pedro Solbes, que busca garantizar la gratuidad en los procesos de ampliación de plazo de las hipotecas en casos de especial necesidad.

Podemos mirar al futuro con confianza. Gracias al esfuerzo de todos, la economía española se encuentra en unas condiciones excelentes para afrontar la situación actual. El Gobierno, en la parte que le toca, ha llevado a cabo una estrategia de política económica basada en la solidez de las cuentas públicas, la apuesta por la capitalización de la economía y la mejora del funcionamiento de los mercados. Todos los años ha habido superávit y el peso de la deuda pública se ha reducido en más de 12 puntos porcentuales. Y se ha buscado garantizar un crecimiento económico sostenido y sostenible, más equilibrado, en el que la inversión productiva, el sector exterior y la productividad sean los principales elementos de impulso en los años venideros. ¿Por qué esta insistencia en la productividad, la gran olvidada de pasadas legislaturas? Porque la apuesta del Gobierno por la productividad es una apuesta por el aumento de la renta per cápita y por las ganancias sostenibles en el poder adquisitivo de los salarios que perciben los trabajadores.

En la actual coyuntura, los amplios márgenes presupuestarios generados nos están permitiendo poner en marcha medidas encaminadas a suavizar la desaceleración y a mejorar la protección de las familias. Por poner sólo algunos ejemplos, se ha deflactado la tarifa del IRPF y se han actualizado los mínimos y las reducciones por rentas del trabajo. Se han seguido aumentando tanto el salario mínimo interprofesional como las pensiones y están en marcha medidas destinadas a favorecer el acceso a la vivienda, tanto en compra como en alquiler, especialmente para los jóvenes y las familias con menores ingresos, y en 2008 está prevista además la construcción de 100.000 viviendas protegidas.

Con el fin de dinamizar el sector productivo, aparte de las reducciones acometidas en el impuesto de sociedades, se han puesto en marcha iniciativas que mejorarán el acceso a la financiación para proyectos de inversión por parte de las pequeñas y medianas empresas y facilitarán la adaptación de determinados sectores industriales a un entorno de mayor competencia internacional. Igualmente, se han mejorado las condiciones para los autónomos, lo que sin duda facilitará el espíritu emprendedor y los proyectos innovadores.

Estas medidas forman parte de una estrategia de política económica que ha venido ofreciendo resultados muy positivos en esta legislatura y que nos ayudará a seguir avanzando hacia los niveles de bienestar de las principales economías desarrolladas. Sin duda, hay que seguir trabajando en este sentido, pero las bases para que el cambio en el patrón de crecimiento se esté produciendo se han asentado de forma adecuada en los últimos cuatro años.

David Vegara Secretario de Estado de Economía

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