Crecer a toda costa deja de ser el paradigma
El desarrollo de las nuevas redes precisa de estrategias que favorezcan su viabilidad económica, la integración del territorio y la proyección internacional.
La obsesión de la transición política española por desarrollar las infraestructuras está cubierta en sus aspectos básicos. La España de las carreteras sinuosas, del tren obsoleto, de los aeropuertos ineficientes, de los apagones, de las llamadas de teléfono fallidas ha pasado a la historia. En aquel no tan lejano 1978 cruzaban su geografía 148.211 km de carreteras, de las que sólo 2.264 eran autopistas. Hoy han crecido hasta 167.000 km con 13.000 km de vías con más de dos carriles. El parque de coches no llegaba a 8 millones: hoy supera los 30 millones. Contaba con 1.325 km de tuberías para crudo o refino; hoy la red se extiende 3.821 km. Y el esfuerzo queda al margen de la red de gasoductos: en 1978 era marginal y en 2007 se habían extendido 26.926 km. El número de aviones era de 115 y los pasajeros en los aeropuertos sumaban 45 millones. Hoy la flota tiene 400 aparatos y los viajeros aéreos llegan a 210 millones.
El milagro existe y en 2008 las personas, las mercancías, la energía, las señales radioeléctricas van y vienen con fluidez y además pueden permitirse el lujo de encontrar vías alternativas. Pero los nuevos tiempos plantean nuevos retos. Crecer a toda costa ya no puede ser el paradigma que mueva la potente máquina económica que resulta del desarrollo de las infraestructuras. Tras las elecciones generales, las nuevas redes tienen que producirse como consecuencia de un programa político y empresarial que maximice la rentabilidad económica y social de cada proyecto, que integre los territorios del país, y que sirva para imbricar la actividad española con su imprescindible referente global.
El AVE
En los últimos tres meses casi de manera simultánea se han puesto en servicio 500 nuevos kilómetros de las líneas de alta velocidad entre Madrid y Barcelona, Madrid y Málaga y Madrid y Valladolid. La red AVE ha conseguido una extensión de unos 1.500 kilómetros que le permite hacer realidad cualquier conexión por ferrocarril el centro del Estado con los diferentes puntos de la costa peninsular (con excepción del noroeste) en menos de cuatro horas. Una veintena de ciudades de primer nivel tienen ya servicios de tren con Madrid con tiempos de viaje por debajo de 150 minutos.
España se encuentra en el umbral de una revolución que disparará la cuota de participación del ferrocarril en estas rutas troncales por encima del 50%. El AVE tiene todas las papeletas para convertirse en el nuevo sistema de transporte mayoritario en el tráfico doméstico nacional en detrimento de la carretera y del avión.
El futuro de la red de alta velocidad española para la legislatura que ahora comienza está claramente marcado en el desarrollo las nuevas infraestructuras que ya están comenzadas y que extenderán los beneficios del tren veloz hasta la frontera francesa de Figueras, desde Barcelona y hasta Valencia, Extremadura y Galicia desde Madrid y desde Valladolid.
El PEIT, la última versión de los planes de infraestructuras que han elaborado los diferentes gobiernos de la democracia, prevé que en diez años España se convertirá en un líder mundial con 10.000 km de infraestructuras de AVE. En ese escenario el 90% de la población española vivirá a menos de 50 km de una estación del tren de altas prestaciones, un transporte tan eficiente como ecológico.
Puertos
La UE ha decidido abordar con valentía el problema del transporte comunitario de mercancías reduciendo el dominio de la carretera y apostando por la intermodalidad. En esta dinámica el Gobierno que salga de los comicios del día 9 deberá desarrollar proyectos que equilibren la utilización de los diferentes modos de transporte.
Mediante incentivos directos e indirectos tiene que tratar de inducir la sustitución del camión como sistema dominante de carga, promoviendo la creación de las llamadas 'autopistas del mar' que convierten en cotidiano el transporte marítimo de corta distancia junto al ya pujante el transporte transoceánico.
Las iniciativas de mayor calado pasan por combinar el desarrollo de las infraestructuras ferroviarias con prioridad a los tráficos de carga que configuren redes y corredores transeuropeas entre puntos estratégicos, o sea entre puertos de primera magnitud y las zonas de mayor población. En el caso de España, todos los puertos de interés general, en especial Barcelona, Tarragona y Valencia, abordan proyectos cuyo objetivo es conectar sus instalaciones, y en especial las terminales de contenedores, con una línea de ferrocarril que les una a los centros más importantes de su zona de influencia.
Aeropuertos
La redistribución de los tráficos domésticos en favor del AVE y en detrimento del sector aéreo va a forzar a que las principales compañías aéreas abunden en su apuesta por los tráficos internacionales y, en particular, en los transoceánicos. El nuevo aeropuerto de Madrid-Barajas ha encarrilado bien su futuro y tiene grandes posibilidades de consolidarse como la puerta de entrada y salida de Europa en los vuelos hacia América Latina.
La incógnita mayor se sitúa en el aeropuerto de Barcelona-El Prat que tiene la aspiración de concentrar vuelos de larga distancia en la Terminal Sur, que se inaugurará dentro de un año. Todavía no está clara cual o cuales serán las aerolíneas que arriesguen dedicación e inversiones para convertir en realidad este proyecto.
Carreteras
En la próxima legislatura el reto de continuar reduciendo la siniestralidad del transporte público y privado en las carreteras (por encima del 7% en número de muertes logrado en 2007) debe combinarse con el objetivo lanzado por la Comisión Europea para mejorar el impacto medioambiental del parque al recortar las emisiones de CO2 de los coches hasta 130 gramos por kilómetro en los próximos cuatro ejercicios.
Programas de los partidos
PSOE. Una ley de movilidad sostenibleLa propuesta estrella en el programa electoral del Partido Socialista es la aprobación de una Ley de Movilidad Sostenible, que debe establecer 'un marco estable de cooperación entre todas las Administraciones involucradas en el transporte urbano y metropolitano'. En ella se utilizarán 'criterios medioambientales y de eficiencia para la mejora de los sistemas de transporte que soportan la movilidad cotidiana de los ciudadanos en las principales ciudades españolas'. Junto a esta iniciativa, el programa de los socialistas propone elaborar una Carta de Derechos de los Viajeros que será común para todos los modos de transporte colectivo.Los operadores públicos de infraestructuras y servicios de transporte deberán comprometerse con el establecimiento de 'un conjunto de estándares de servicio mínimos y planes de contingencias exigentes puestos al servicio del usuario'.PP. Unir todas las capitales con el AVELa política para el desarrollo de las redes de los distintos modos de transportes y comunicaciones que plantea el PP en su programa electoral está presidida por un principio que propone la puesta en marcha de una iniciativa integrada para 'realizar un mayor esfuerzo de inversión que establezca un nivel de prioridades'.La primera de ellas es el lanzamiento de 'un Plan de Alta Velocidad, que conecte todas las capitales de provincia a través de este medio de transporte'. En segundo lugar, promoverá un 'Plan de calidad de la red de cercanías'. La propuesta para la mejora de la red de carreteras aspira a completar 'el mallado de las vías de gran capacidad, acometiendo los proyectos que permitan circunvalar la península y desarrollar los grandes ejes transversales'. Propugna, finalmente, por la 'participación del sector privado en la gestión de los aeropuertos y los puertos'.Izquierda Unida. Accesibilidad con mínima movilidadPromover la máxima accesibilidad con la mínima movilidad es el principio frontal que defiende Izquierda Unida en su programa electoral para las políticas de infraestructura. Pone el énfasis en que 'el derecho social y ecológicamente justo es el derecho a la accesibilidad'. Para garantizar esta consecución básica volverá a plantear la Ley de Transporte Sostenible que ya presentó en el Congreso en 2007.La columna vertebral de su propuesta consiste en maximizar el uso y la inversión 'en un sistema multimodal e integral' soportado por el ferrocarril convencional y en los servicios ferroviarios de cercanías y completado por el transporte a pie y en bici.CiU. Control de puertos y aeropuertosLa plataforma electoral de Convergència i Unió sienta sus bases en la reclamación urgente de todos aquellos aspectos en los que el Estatuto ofrece competencias a la Generalitat. La prioridad es la reclamación de la participación en la gestión de los puertos y aeropuertos de Cataluña que no estén considerados como de interés general. Se exige igualmente la presencia de la Generalitat en las corporaciones Puertos del Estado, AENA, Renfe y Adif. Se reclama la presencia de las instituciones catalanas en la planificación y gestión de las infraestructuras ferroviarias de titularidad estatal igual que en los planes de futuro de los puertos, aeropuertos y redes de autopistas.