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Tribuna
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Competir mejor o ganar dinero, ¿qué toca ahora?

Una cosa es competir y otra ganar dinero. Conviene saber que no es lo mismo y la realidad es que según las circunstancias del entorno, se presta más atención a una cosa o a la otra. Precisamente, por eso es por lo que le pregunto a qué toca jugar ahora.

Es posible que sea usted uno de esos dirigentes que han adquirido su experiencia a lo largo de estos últimos años de bonanza y, por eso, crea que sus esfuerzos competitivos fueron los adecuados y ahora también serán suficientes. Si piensa así es porque aún no se ha percatado de lo que se le avecina. No se trata de enfrentarse a una crisis más o menos local o pasajera, sino de que hemos entrado en un periodo en el que dirigir va a consistir en otra cosa distinta de lo que ha sido hasta ahora.

Según Gary Hamel, el modelo de gestión empresarial del siglo XX no estuvo maduro hasta los años sesenta, es decir, se tardó más de medio siglo en concretarlo. Por eso, aún no es posible definir en qué va a consistir el nuevo modelo que hará falta en el siglo XXI. Pero podemos plantearnos estos dos objetivos: comprender que las cosas han cambiado mucho más de lo que uno es capaz de imaginar y participar en el urgente esfuerzo por definir un modelo de gestión empresarial válido para un mundo económico distinto.

Las cosas han cambiado. ¿Realmente es usted consciente de ello? Levante la vista y observará que viene un mundo distinto al de ayer, incluso al de hoy mismo. Un mundo que tal vez no le guste, pero que ello no le hace ser menos real. ¿Cómo va a gestionar su empresa en este nuevo mundo?

La clave va a estar en tres 'tes', que serán fundamentales para mejorar su capacidad competitiva.

La primera 't' es la tecnología. ¿Quién no ha descubierto su importancia a estas alturas? Como es consciente del valor que tiene y la gestiona eficazmente, no hace falta que hable más de ella.

La siguiente 't' es el talento, y de éste sí quiero ofrecerle algunas ideas. Desde un punto de vista empresarial, ¿en qué consiste el talento? Le recomiendo que pase por alto las dos primeras acepciones del diccionario de la RAE y vaya directamente a la tercera, que habla de la capacidad para. Porque ahí está el primer paso de la gestión del talento: decidir para qué se quiere.

Una vez decidido para qué hace falta el talento, hay que decidir qué talento hace falta. ¿Talento dirigente o talento ejecutante? ¿Talento creativo, operativo, tecnológico, comercial? Buscar talento en general, sin hacer previamente esta segmentación, es una quimera, es perder el tiempo.

Y vamos con la última 't', la menos conocida de las tres. Esta 't' es la tolerancia, y aparece aquí por dos motivos. El primero es que para tener éxito en el siglo XXI, una de sus responsabilidades fundamentales como dirigente será la de aprovechar la diversidad del entorno, provocando y gestionando la diversidad en su empresa. El factor clave para gestionar la diversidad es la tolerancia.

El segundo motivo es que sólo con una cultura tolerante será capaz de atraer a las personas más valiosas para su nueva organización: las personas creativas. Vamos a ver, ¿cree posible atraer y retener a los colaboradores de más talento, sin que en su organización haya una cultura tolerante? Lo que hay ahora en el mercado laboral no se parece nada a lo que había hasta hace muy poco tiempo y, si es distinto, hay que gestionarlo de forma diferente. La tolerancia, entendida como respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias (segunda acepción RAE), se convierte en un valor competitivo fundamental.

¿Cómo se desarrolla la tolerancia? El primer paso es la exigencia implacable de que la cortesía presida todas las relaciones personales en la organización. Después se avanza por medio de otras técnicas más o menos complejas. Pero la tolerancia no se desarrolla por sí misma. Hay que empeñarse en desarrollar una organización tolerante.

Así que, descubra cuanto antes la importancia de cada una de las tres 'tes', tecnología, talento y tolerancia, y aprenda a gestionarlas. Le servirán para competir, que es lo que toca en estos tiempos, y para lograr, en esta nueva situación, mejores resultados aún que los que consiguió durante la anterior bonanza.

¡Anímese a hacerlo y cuénteme cómo le va!

Ángel Moraleda García de los Huertos Director de la Unidad de Servicios Empresariales

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