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Debate abierto
Tribuna
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El valor estratégico de rendir cuentas

Las ONGD en España pueden estar constituidas como asociaciones o como fundaciones. Cada una de estas formas jurídicas tiene un marco legal que regula su actuación y que establece las obligaciones legales que las ONGD deben cumplir. Lo importante será que las instituciones públicas que tienen encomendada la función de velar por el buen cumplimiento de estas obligaciones legales -los registros de asociaciones y los protectorados de fundaciones- tengan la suficiente capacidad y los suficientes recursos para hacerlo bien.

Cuando un cliente se acerca a una empresa buscando un producto o un servicio que necesita, hay dos aspectos que le resultan básicos: las cualidades del producto y el precio que debe pagar. En el caso de las ONGD no podemos aplicar este esquema. Las motivaciones que llevan a una persona a acercarse a una ONGD pueden ser muy diversas, y la relación calidad-precio es difícilmente aplicable. Entran en juego la sintonía respecto a la misión y valores, la identificación personal con su actuación, etc. Y para que esto se produzca, la ONGD debe darse a conocer, dejar que las personas accedan a información sobre ella, sobre su ser, sobre su hacer, sobre su gestión. Será a partir de ahí que podrá atraer a personas que le den su respaldo. Las ONGD necesitamos ese respaldo social; es importantísimo para impulsar nuestra actuación y cimentar nuestra legitimidad.

La transparencia y rendición de cuentas responde a la confianza depositada y estimula que se deposite la confianza, convirtiéndose de esta manera en un valor estratégico de las ONGD. Y por ello debe ir más allá de las meras obligaciones legales. Rendir cuentas significa explicar qué hacemos, cómo lo hacemos, cuánto gastamos, con qué lo financiamos y qué resultados obtenemos; y debemos hacerlo con transparencia, es decir, con la actitud de gestionar la información de manera que, aunque no sea posible explicar todo, sí se explique con claridad lo relevante, lo importante.

El cumplimiento de las obligaciones legales es lo mínimo que las organizaciones deben cumplir y es lo que desde un punto de vista jurídico les es exigible. Pero, tratándose de organizaciones sociales, lo legalmente exigible no es suficiente. A partir de ese mínimo, cada organización puede establecer su propia estrategia y su propia cota de transparencia y rendición de cuentas teniendo presentes tres aspectos.

¿A quiénes debe rendir cuentas? ¿Quiénes son esos grupos de personas que le dan su respaldo y su legitimidad? Son muchos los colectivos frente a los que podemos rendir cuentas, y probablemente la profundidad con qué hacerlo variará: personal de la organización; socios y donantes; contrapartes y beneficiarios; ONG con las que colaboramos y plataformas de las que formamos parte; administraciones públicas con las que trabajamos; sociedad en general.

¿Sobre qué debe rendir cuentas? ¿Qué aspectos de su gestión deben ser mostrados con transparencia? Los aspectos a tener en cuenta podemos organizarlos en seis grandes bloques. Por un lado, la identidad de la organización: forma jurídica, vinculación con alguna organización matriz, misión y valores de la organización, códigos éticos... Otro aspecto es la estructura organizativa en cuanto a órganos de gobierno o las sedes. También se puede rendir cuentas sobre la orientación estratégica: plan estratégico, líneas de actuación o criterios de selección. Y sobre el funcionamiento y la gestión: procedimientos, recursos humanos, sistemas de control, evaluaciones o auditorías. En cuanto a la financiación, se pueden determinar las fuentes, sistemas de captación, criterios o códigos éticos respecto a la distribución de ingresos y gastos, sistemas de control o auditorías. Por último, se pueden rendir cuentas por resultados: proyectos realizados, resultados, indicadores o evaluaciones.

¿Qué medios son los más adecuados? Es importante buscar un punto de equilibrio de forma que el consumo de recursos de todo tipo que implica la labor de rendición de cuentas no sea desproporcionado respecto a los recursos que la organización destina a su misión. Hoy tenemos al alcance las posibilidades que ofrece internet, que puede ser una potente herramienta de transparencia con un coste proporcionalmente bajo. Además de los medios habituales, no debemos perder de vista que la participación en redes y plataformas, las acciones de sensibilización o las campañas implican un posicionamiento público y dejan ver qué piensa la ONGD.

José María Medina. Presidente de la Coordinadora Española de Organizaciones no gubernamentales para el desarrollo (ONGD)

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