Veloces como un tren

Cabría decir que en todos los países cuecen habas, sonriendo ante las polémicas que han surgido en España con motivo de la inauguración por el Presidente del Gobierno del AVE Madrid-Barcelona. Los socialistas se defienden. Pues no faltaría más, que el jefe del gobierno no tuviese derecho a inaugurar el empalme superveloz entre las dos capitales del país'. El autor, tras referirse irónicamente a inauguraciones, en Italia, de grandes obras jamás terminadas, subraya el retraso de este país en la Alta Velocidad, 'retraso irrecuperable'.

Corriere della Sera, Milán