Obama gana en Wisconsin y Hawai y empieza a limitar las posibilidades de Clinton
Barack Obama sigue ampliando, y cada vez con más margen, su presencia en el mapa político demócrata de EE UU. Su ventaja empieza a limitar las opciones de su competidora. Obama ganó ayer decisivamente las primarias de Wisconsin, un estado donde Hillary Clinton tenía muchas posibilidades de romper la racha de ocho victorias consecutivas de su competidor.
Pero no fue así. Al 89% del escrutinio, Obama sumaba el 58% de los votos frente al 41% de Clinton. Con ello conseguía su novena victoria seguida en un estado en el que estaban en juego 92 delegados. La décima llegó a lo largo de la madrugada cuando acabaron los caucuses de Hawai. Obama era el favorito en este su estado natal y ganó el 76% del favor de los demócratas. Hawai aporta 29 delegados a la convención y la asistencia a los caucuses fue históricamente alta.
El resultado de ayer complica mucho la tarea de Clinton porque de los datos del electorado se deduce que Obama sigue rompiendo las barreras iniciales de su candidatura y gana seguidores dentro de una demografía que hasta ahora siempre había sido fiel a la senadora, mujeres, trabajadores, hombres blancos y ciudadanos de más de 50 años.
En Wisconsin, Obama consiguió el 49% del voto femenino, el 55% de los que le votaron consideraban que la economía era su problema más acuciante y el 53% del voto era de ciudadanos blancos. En el super tuesday el senador consiguió el 44% de este voto. Además los trabajadores sin altas cualificaciones académicas, que hasta ahora se había volcado con la senadora por Nueva York, en el estado de Wisconsin lo hicieron por Obama.
Ambos candidatos recibieron los resultados en Texas donde hacen campaña por unas primarias muy importantes, las del 4 de marzo. Ese día vota este estado, Ohio, Vermont y Rhode Island, hay 444 delegados en disputa. De ellos 221 salen de Texas y 161 de Ohio. Clinton tiene que ganar casi con un 60% estos estados para mantener la presión sobre Obama y poder desinflar su meteórica carrera a la nominación. Además, la senadora, que tiene por ahora a su favor la mayor parte de los votos de los superdelegados (políticos del partido que no han sido elegidos), se arriesga a perder a muchos de ellos si no consigue ganar el voto popular.
Clinton parte con una cierta ventaja de partida, que no hace más que estrecharse, y que en muy buena medida depende del crucial voto hispano de Texas, siempre cercano al matrimonio Clinton. La población hispana no se termina de reconocer en un líder negro.
Tras conocer los resultados, Clinton elevó aún más el tono negativo contra Obama y declaró que en estas primarias de lo que se trata es de elegir a un presidente "que no solo confía en los discursos pero también en el trabajo, el duro trabajo necesario para hacer que América funcione de nuevo". Clinton asegura que la elocuencia de Obama no ofrece respuestas pero su experiencia en Washington si. "Aunque las palabras importan, las mejores no son suficientes si no se unen a acciones", explicaba.
En esa misma línea abrió el fuego John McCain, quien ganó ayer también decisivamente Wisconsin, incluso contando con votos del ala más conservadora del partido que esta vez no se volcó del todo con Mike Huckabee. McCain, que gracias a su imbatible mensaje ya se considera el nominado de su partido, arremetió contra el que se perfila como líder de los demócratas diciendo que va a luchar cada día en esta campaña "para asegurarse que los americanos no se dejan engañar por elocuentes pero vacías llamadas de cambio".