Desde el 'subprime' hasta el 'monoline'
Tras siete meses de crisis de los mercados financieros, nada apunta a que el final de la tormenta esté a la vuelta de la esquina. De hecho, la marea sigue subiendo y anegando a cada vez más sectores, algunos de los cuales parecían refugios seguros hace no demasiado tiempo.
Así, las pérdidas latentes en derivados con exposición al mercado hipotecario de baja calidad norteamericano (los famosos subprime, y todos los estructuras con este subyacente) han pasado al olvido, en la mayoría de los casos tras haber sido amortizadas como pérdidas o haber pasado a ese oscuro grupo denominado 'activos de nivel tres', del que tendrán que salir algún día. Ahora los titulares y los sustos los acaparan los monolines, que son simplemente compañías de seguros especializadas en garantizar el pago de ciertos bonos, consiguiendo así que esta deuda goce de la superior calidad del asegurador independientemente del emisor. Algo que ayuda por tanto a financiarse a empresas con difícil o caro acceso al mercado.
El problema aparece al asegurar estas compañías un total de 2,4 billones de dólares de deuda a pesar de su limitado capital propio.
El agua no ha llegado todavía al nivel en que se dude de la capacidad de éstas empresas de responder a posibles impagos, pero la primera grieta en su armadura ha aparecido al ver su rating rebajado por las siempre 'puntuales' compañías de calificación financiera. Así que, dejando aparte los problemas relacionados con operaciones de leveraged buy out, el endurecimiento de las condiciones de préstamos de los bancos (que limitan el efecto de las bajadas de tipos) o el panorama de las otras deudas del consumidor norteamericano (tarjetas de crédito, prestamos al consumo, etc), la marea sigue lenta pero inexorablemente subiendo. Va a hacer falta toda la ayuda posible de los señores Bernanke, Paulson y quizá incluso algún oráculo de Omaha para evitar que el sector financiero y economías occidentales no acaben como la Atlántida, con algún que otro 'cisne negro' nadando unos metros por encima de ellas.
Jefe global de estrategia de tipos de interés de Merrill Lynch.