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Infraestructuras

Abertis abandona su plan de fusión con la italiana Atlantia

Abertis ha materializado el abandono del proyecto que buscaba crear la mayor gestora europea de infraestructuras. Su comisión ejecutiva aprobó ayer la salida de Schemaventotto, primer accionista de la italiana Atlantia, pero mantiene su petición a Bruselas para que opine sobre el veto del Gobierno italiano a la integración con la citada Atlantia.

Un escueto comunicado dio por zanjado ayer uno de los movimientos corporativos que más tinta ha hecho correr en los últimos meses. De hecho, sobraban las palabras para anunciar una ruptura descontada desde el verano, la de la española Abertis y la italiana Atlantia (antes Autostrade).

Ambas dijeron el 23 de abril de 2006 que perseguían una fusión entre iguales; sus consejos dieron el visto bueno el 30 de junio y Competencia no puso objeciones. Pero el veto del Gobierno italiano y la posterior revisión de los activos de Atlantia, impulsada por el regulador de las autopistas de ese país (Anas), han malogrado definitivamente el proyecto.

La firma participada por La Caixa y ACS decidió ayer iniciar los trámites para su salida de Schemaventotto, donde cuenta con una participación del 13,33%. La compañía que controla la familia Benetton es, a su vez, propietaria del 50,01% de Atlantia, lo que otorga a la española un 6,67% del capital de la gestora de autopistas.

El 6,67% directo en Atlantia, del que Abertis podrá disponer entre mayo y junio, costaba ayer 846 millones de euros en la Bolsa italiana

La marcha de Abertis se produce en virtud del pacto firmado en junio, por el que los accionistas de Schemaventotto cerraron un nuevo marco de actuación hasta el fin de 2008. En ese acuerdo se daba potestad a Abertis para decidir, en enero, sobre su escisión de la participada italiana.

Ese movimiento se ha materializado ahora con el respaldo unánime de la Comisión Ejecutiva de Abertis y la posterior comunicación a los socios de Schemaventotto (Sintonia, Fondazione Cassa di Risparmio di Torino, Assicurazioni Generali y Unicredit), que 'deben permitir ahora la separación de Abertis de la sociedad', citaba el comunicado remitido por la empresa.

Abertis tendrá que esperar a es trámite para manejar el 6,67% de Atlantia. 'Entre mayo y junio dispondremos del paquete de acciones para vender, utilizarlo en alguna operación o, sencillamente, quedarnos con él', dejan abierto fuentes de Abertis. Todo dependerá del momento que atraviese entonces la cotización de Atlantia. Ayer y a precios de mercado esa participación valía 846 millones de euros. Todo un cheque para salir de compras.

Si Abertis no se ha ido antes es porque las empresas han tratado de 'verificar si se daban o no las condiciones necesarias para la integración', cita el comunicado. Un periodo de tiempo, desde los pactos de junio, en el que no han faltado los mensajes al Gobierno de Romano Prodi en los que se tachaba su actuación de proteccionista.

'La decisión adoptada responde a la constatación de que, a pesar de las excelentes relaciones entre ambas sociedades y sus socios de referencia, en este momento no se dan las condiciones para culminar el proyecto iniciado en abril de 2006'. Con este tibio mensaje la española se olvida de su pretendida.

Desencanto

En la cúpula de Abertis queda un sentimiento entre la amargura y la decepción. 'La empresa se siente derrotada por un gobierno, no por el mercado', cita una fuente próxima. Directivos como Isidro Fainé, o Salvador Alemany, presidente y consejero delegado de Abertis, llevaban meses destilando cansancio. Pasaron de referirse a la integración como una obra de artesanía para hacerlo, en los últimos meses, en clave de intervencionismo.

Tal es el mal sabor de boca que sacan de la aventura italiana que, una vez aparcada, se mantienen inflexibles en la presión a la Comisión Europea para que dicte una resolución sobre la actuación del Gobierno italiano a lo largo del proceso. Abertis entiende que el Ejecutivo 'impidió una operación societaria de dimensión europea que contaba con el acuerdo unánime de los accionistas y la autorización sin restricciones de las autoridades competentes europeas'.

El idilio que tenía que acabar en unión en noviembre de 2006 ha tenido como intermediarios al presidente Rodríguez Zapatero, al ministro Moratinos, Competencia dio su aprobación y bancos como Merrill Lynch bendecían la boda. Todos los esfuerzos, incluidos miles de euros en asesoramiento legal y financiero, quedaron ayer en nada.

Italia sigue siendo un mercado estratégico para invertir

Estados Unidos, Europa del Este, Asia y, sobre todo, Italia. æpermil;stos son los terrenos donde pretende jugar Abertis en sus diferentes áreas de negocio. 'Somos líderes en aparcamientos y seguiremos apostando por aeropuertos, autopistas, telecomunicaciones y parques logísticos', citan desde Abertis. El próximo reto está en el concurso privado para la adquisición de 18.500 antenas propiedad de las operadoras de telefonía móvil Wind y 3 Italia. Se espera que pidan ofertas en marzo, por lo que Abertis sigue trabajando en la formación de un consorcio.'La salida de Schemaventotto no libera a Abertis de nada, pues hemos seguido invirtiendo pese al proceso de fusión con Atlantia y seguiremos haciéndolo', explican las mismas fuentes.La compañía ya dijo el año pasado que tiene 10.750 millones para dividendos e inversiones hasta 2011.

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