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Profesionales

Los ídolos empresariales de Isidro Fainé

El presidente de La Caixa cita los ejemplos de 'La Iliada', a Jack Welch y a Steve Jobs

A Isidro Fainé le gusta recurrir a La Iliada, obra atribuida a Homero donde se narra de forma escrupulosa la guerra de Troya, para definir lo que ha de ser un líder. 'Es aquel que arrastra, aquel que sabe dar un salto de calidad en la gestión empresarial'. Para el presidente de La Caixa, el directivo del siglo XXI no sólo ha de saber dirigir los medios de los que dispone, sino también dirigir los fines, así como saber liderar el talento humano al servicio de una causa.

De ello, y de la globalización, que avanza sin pausa, de la actual época, 'de márgenes estrechos, donde cualquier negocio o bien crece y se adapta al cambio, o se estrella', habló Isidro Fainé en la lección magistral que ofreció esta semana durante la celebración del 50 aniversario de la escuela de negocios Esade, celebrada en el teatro Liceo de Barcelona.

El presidente de La Caixa esbozó, ante más de 2.000 antiguos alumnos y ante los Príncipes de Asturias, sus ideas sobre la realidad y el entorno social actual, el perfil que ha de tener el ejecutivo del siglo XXI, así como las pautas para defenderse y superar las dificultades.

Según Fainé, el conocimiento se transmite rápidamente, 'y ha de ser captado allá donde surge, donde se cuecen las nuevas tendencias, ideas y estilos de vida'. El hombre de empresa ha de dar respuesta a varios interrogantes sobre cómo ha de organizarse, sobre la calidad de su equipo de profesionales, la capacidad para sobreponerse a las adversidades y si la toma de decisiones ha de ser descentralizada o no. 'Es obvio que no hay respuestas, lo único que espero es que haya elementos útiles para la reflexión'.

Sobre el momento actual que viven las empresas, Fainé fue rotundo: 'La competencia es feroz, se vive una gran incertidumbre de los mercados financieros, cambios en el entorno sectorial, así como cambios en las costumbres y actitudes de los consumidores, además de una avalancha de comités y de reuniones, y una necesidad de renovarse permanentemente'. Se vive, en su opinión, demasiado sometidos a la tiranía de la cuenta de resultados.

Al presidente de La Caixa le gusta tomar como ejemplo a otros empresarios. Es el caso del ex presidente de General Electric, Jack Welch, del que destacó la energía y capacidad para mover a los demás, 'para trabajar al filo de la navaja y para formar directivos, ser un buen coach y sacar lo mejor de cada uno'.

Porque, señaló Fainé, las empresas se diferencian por la calidad de sus directivos, por la pasión por el cliente y la calidad de los servicios. 'Pero hace falta algo más, como una buena imagen de la compañía, de los productos, de los servicios, y de directivos con grandes dotes de liderazgo, con convicciones sólidas y capacidad para transmitirlas'.

Se requiere, por tanto, 'directivos de primer orden, con orientación internacional y vigilando siempre el medio, corto y largo plazo'.

Fainé tiene idolatrado a otro ejecutivo, al que conoció en la Universidad de Stanford: Steve Jobs, el relevante empresario de la industria informática. A pesar de las adversidades familiares y personales, el presidente de Apple ha sabido sobreponerse a todas ellas.

Fue adoptado por una familia sin medios económicos, a los 18 años dejó los estudios, pero siguió acudiendo a clase como oyente de algunas asignaturas que le interesaban, como la caligrafía, conocimiento que le serviría más tarde para diseñar la tipografía del primer Mac. En un garaje creó Apple, que en 10 años pasó a tener 4.000 trabajadores. Pasó por una depresión, fundó otra empresa, enfermó de cáncer, y 'nunca ha perdido la fe en sí mismo'.

Para Jobs, dice Fainé, lo importante es tener ideas e intuición, estimar el trabajo, 'y si no te gusta lo que haces, pide un cambio', trabajar apasionadamente, gestionar el tiempo, aprovechar las oportunidades, seguir aprendiendo y soñar a lo grande'. Y algo que siempre tiene presente el ejecutivo catalán: 'El mérito no está en una sola persona'.

El mundo, de aquí a 2060

En el año 2060, según los demógrafos, se vislumbrará una importante reducción de la población humana, por primera vez en la historia. Hasta entonces, los retos de las migraciones y de los refugiados, del diálogo intercultural, del envejecimiento de la población, y los desafíos de nuevas enfermedades, se tendrán que haber gestionado convenientemente.Son palabras del director general de Esade, Carlos Losada, quien afirmó, durante la celebración del 50 aniversario de la citada institución, que es muy previsible que la economía esté más globalizada e interconectada que nunca y, probablemente, la pobreza en que viven millones de personas se pueda haber reducido significativamente. 'Antes habremos de humanizar la globalización, sabiendo articular y gestionar los procesos de integración económica, la aparición de nuevas potencias económicas en el escenario mundial, los desequilibrios en el desarrollo y la desigualdad social, y las crisis financieras'. æpermil;ste es, más o menos, el escenario en el que trabajarán los profesionales y donde se moverán las empresas.

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