Iberdrola pierde el 25% este año, el segundo peor registro del Ibex
Los mercados europeos han vivido jornadas de pánico y fuertes varapalos bursátiles en todas las plazas y el sector eléctrico no ha sido una excepción. Iberdrola es, de hecho, una de las empresas del Ibex que más ha caído en lo poco que va de año, un 25,10% a cierre de ayer, sólo superada por su filial Gamesa, que se sitúa como el peor valor del índice en 2008 con una caída del 26,7%.
El desplome vivido en apenas unas semanas ha situado la capitalización de la eléctrica que preside Ignacio Sánchez Galán en 38.901 millones de euros. El saldo en 12 meses para la compañía es también negativo, con un retroceso para la acción que se acerca al 3,65%.
La eléctrica española es la sexta entre las energéticas europeas por capitalización. Un ranking que encabeza EDF con un valor de mercado de 117.675 millones de euros, seguida de Eon, con 82.202 millones de euros; Suez, 49.719 millones y RWE, 43.155 millones, que se acerca a Enel, que vale 43.148 millones.
Por detrás se sitúan el resto de las empresas españolas: Endesa finalizó ayer la sesión con una capitalización de 31.773 millones de euros; Unión Fenosa costaba 12.312 millones a cierre del mercado y Red Eléctrica, 5.014 millones. Las pérdidas de todas ellas en enero son abultadas: 17,4% para el grupo presidido por José Manuel Entrecanales; 12,5% para Fenosa y 14,27% para la empresa dirigida por Luis Atienza.
La francesa EDF no ha escapado al castigo bursátil reciente y, en lo que llevamos de año, ha perdido un 20,7% de su valor; pero lo que le diferencia de Iberdrola en Bolsa es la evolución vivida en un periodo más amplio: desde enero de 2007, la empresa presidido por Pierre Gadonneix se ha revalorizado un 22,31%.
En el último año, los vaivenes de Iberdrola en Bolsa han sido notables, con el telón de fondo de la batalla por el control de Endesa. La entrada en el capital de Iberdrola del empresario belga Albert Frère con un 5%; la ampliación de capital lanzada para financiar la compra de Energy East, a la que acudió ACS para evitar la dilución de su participación, y el inicio de la retirada de Frère con ayuda de la propia Iberdrola, con 500 millones de plusvalías, han sido algunos de los movimientos que han marcado la evolución.