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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Pendientes de la recesión en EE UU

Nadie estará a salvo si la economía de Estados Unidos se hunde y su PIB, en lugar de crecer, entra en recesión. De momento, los expertos no son unánimes sobre cuál será el desenlace de los próximos meses. El Fondo Monetario Internacional (FMI), de acuerdo con la ONU, establece en un 50% el riesgo de recesión para la primera economía del mundo.

El temor para el resto viene, precisamente, de que sigue siendo el gran motor mundial. Hasta hace poco, los Gobiernos y los expertos confiaban en que la Unión Europea y los vigorosos países emergentes, con China e India a la cabeza, serían capaces de compensar la caída de consumo de los estadounidenses y con ello sostener la producción internacional. Sin embargo, desde la Unión Europea ya se reconoce que es una quimera. Si Estados Unidos se cae, nadie ocupará su puesto y eso arrastraría de forma irremisible al resto de las economías. Incluidas las europeas. Por eso, no es de extrañar que las autoridades comunitarias se muestren muy preocupadas.

Por tanto, todo queda supeditado a la evolución en los próximos meses de la actividad americana y nada se puede hacer ni desde Europa ni desde Asia para influir sobre ella. Sólo queda esperar y ver. Además, desde Bruselas muestran cierta inquietud por el hecho de que sea un largo año electoral en Estados Unidos, lo que a priori no ayudaría, ya que el Gobierno que dirige George Bush preferirá un dólar débil que ayude a sus exportaciones, aunque perjudique a las empresas mundiales que quieran vender allí. Y no hay ninguna duda de que los tipos de interés seguirán bajando tras las palabras, el jueves, del presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, lo que seguirá presionando a la baja el valor del billete verde. Así pues, la predicción del FMI de que Estados Unidos crecerá el próximo año el 1,9% puede parecer muy optimista.

Por otro lado, si el gigante tropieza, parece irremediable que los países emergentes se resientan, pues buena parte de los artículos de consumo que producen se compran al otro lado del Pacífico. Por tanto, no es lógico pensar que países como China o India pudiesen mantener crecimientos de dos dígitos. Y, por supuesto, el efecto será igualmente duro en la UE.

Las previsiones del Fondo Monetario de que la economía mundial crezca al 4,8% podrían rebajarse más en los próximos meses. De hecho, ya nadie duda en la capital comunitaria de que en las próximas semanas la Comisión Europea deberá reducir su perspectiva de crecimiento de la zona euro, fijada en un 2,2%. Incluso por debajo del 2%.

La otra gran incertidumbre que se cierne en estos momentos sobre la economía mundial proviene de los altos precios del crudo, que ha arrancado el año tocando los 100 dólares por barril. Sin embargo, los expertos confían en que no mantendrá estos precios, especialmente si la economía se debilita y, por lógica, se requeriría menor consumo energético. No obstante, estos mismos expertos consideran que el precio del petróleo no se está rigiendo por criterios lógicos, sino especulativos, y si ahora no hay razones para que el precio esté tan elevado, podría ser que se mantuviese alto por esos mismos e incontrolables motivos.

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