Contratos por diferencias, lo último en derivados
Permiten operar de forma apalancada, pero, a diferencia de los futuros, no tienen vencimiento y ofrecen una mayor liquidez Para invertir
En estos tiempos de incertidumbre, volatilidad y mercado con tendencia bajista, interesa explorar nuevos productos de inversión que permitan la obtención de ganancias incluso cuando lleguen las caídas. Los contratos por diferencias (CFD por sus siglas en inglés), disponibles en España desde abril, ofrecen un abanico de oportunidades.
¿Qué son exactamente los contratos por diferencias?
Un CFD es un producto derivado sobre una gran variedad de subyacentes (acciones, índices bursátiles, divisas, materias primas...) que permite operar al alza y a la baja. Se trata de un contrato entre el inversor y una entidad financiera (normalmente un broker o un banco emisor) por el que ésta compra los títulos y financia la adquisición, de modo que el inversor sólo tiene que adelantar una pequeña parte de la inversión total. El contrato se liquida cuando el inversor lo desee y obtiene como beneficio la diferencia entre el precio de compra y el de venta, igual que si se hubiese comprado directamente las acciones. En caso de posiciones bajistas el sistema es el mismo, pero lo que hace la entidad es vender las acciones para luego recomprarlas.
¿En qué se diferencian de los futuros, warrants y opciones?
Su principal diferencia es que no tienen vencimientos, por lo que la posición se puede mantener abierta todo el tiempo que se quiera. Por otro lado se rigen por el precio del subyacente y tienen su misma liquidez.
¿Cuáles son sus principales ventajas?
La liquidez es una de sus mayores ventajas puesto que las operaciones se realizan sobre las horquillas de precios del contado. A su vez permiten abrir posiciones cortas -es decir apostar por la caída del mercado- y el apalancamiento, invertir sin desembolsar todo el dinero que costaría la misma operación al contado.
¿Cuál es el coste de operar con CFD?
La compra de CFD conlleva una financiación, lo que implica un coste en forma de intereses. Dependiendo de la casa puede rondar el euríbor más un diferencial que oscila entre el 1,75% y el 2,5%, incluso hay quienes cobran Eonia más un diferencial del 3% o libor más 3%. Por el contrario, en la venta de estos contratos se remunerará a los inversor con un interés de euríbor, libor o Eonia menos un diferencial entre 1,75 y 2,5%. A esto hay que añadir una comisión de intermediación, que suele rondar entre el 0,1% y el 0,15% del importe invertido, al que hay que sumar en algunos casos el canon de la Bolsa.
¿Cuál es la ventaja del apalancamiento en estas operativas?
Permite comprar desembolsando sólo un porcentaje de la inversión, lo que se denomina como garantía. Esta puede oscilar entre un 5% para índices y hasta un 100% para las acciones más volátiles. Un ratio de apalancamiento de 10 a 1 puede convertir una rentabilidad del 1,6% en un 16%. El riesgo está en errar. Las pérdidas también se multiplican en la misma proporción.
¿Qué ocurre en el supuesto de reparto de dividendos?
El inversor mantendrá todos los derechos económicos de la acción. Se le abonarán los dividendos correspondientes y el importe que le corresponda del derecho de ampliación preferente. Si la posición es vendida la liquidación es la opuesta y se le descontará la cantidad. En cambio, no optará a los derechos políticos, como los votos en las juntas.
P¿Qué clases de contratos por diferencias existen?
Existen dos tipos. En el primer caso el emisor fija una horquilla de precios de compra y venta que el cliente tiene que aceptar si quiere abrir una posición, un sistema por el que generalmente el inversor suele pagar más que en la Bolsa si quiere comprar y obtiene menos con la venta. Existen también CFD con acceso directo al mercado donde al introducir la orden, la operación va directamente al mercado, de la misma manera que la negociación de acciones.
¿Quién ofrece CFD en España?
Interdín ha sido la pionera en ponerlo a disposición de los inversores. El danés Saxo Bank y su socio portugués Dif Broker, el alemán Hanseatic y el británico IG Markets también se han sumado a la oferta disponible en los últimos meses.
Tributan al 18%, igual que las acciones
La fiscalidad de los contratos por diferencias, al tratarse de un producto pionero en España, generó ciertas dudas en el sector en un principio. La respuesta administrativa que han recibido los comercializadores ha tratado de resolver incógnitas y deja claro que estos productos financieros tributan igual que las acciones.Los contratos por diferencias generan pérdidas o ganancias patrimoniales, por lo que el inversor deberá abonar a Hacienda el 18% de la eventual plusvalía.La principal duda que surgió en un principio era el tratamiento que recibirían los intereses que debe pagar o cobrar un inversor de CFD, dependiendo de si compra o vende estos productos. Y ahí Hacienda sí ha hecho una diferenciación.En caso de compra de un CFD, el inversor debe pagar al broker o emisor el interés derivado de la financiación. Hacienda considera que ese desembolso es un coste por que lo que no es necesario integrarlo en la ganancia patrimonial en caso de éxito en la operativa. Sin embargo, si un inversor abre una posición corta y gana dinero apostando por la caída de un valor, la situación cambia. En ese caso el inversor no sólo gana dinero por haber acertado la dirección que ha tomado el título en cuestión, al mismo tiempo recibe un ingreso por la financiación de la operación ya que en realidad ha vendido sus títulos al emisor. Por tanto, en este caso la ganancia patrimonial total por la que deberá tributar al 18% también incluye el margen financiero que ha obtenido este inversor.