'Okupas' en la red que viven de los dominios más conocidos
Los errores ortográficos de los internautas benefician a webs que suplantan nombres comerciales.
Cualquier usuario se ha equivocado alguna vez al escribir la dirección de una página web. Pues de esos errores ortográficos viven los okupas de la red. Si por ejemplo teclea www.terrra.com, con tres erres en vez de las dos de la original, aparecerá un sitio sin relación con el portal español. Esta web sobrevive gracias a los anuncios alojados en ella relacionados con chats, juegos o música.
La empresa de seguridad McAfee ha bautizado el fenómeno como de okupas o squatting, en inglés. En el informe ¿Qué se esconde detrás de un nombre? Ha revisado 1,9 millones de variaciones de los 2.771 dominios más conocidos. Su conclusión es que un usuario tiene entre una y 14 posibilidades de entrar en un sitio tipo squatter si teclea mal una dirección. Y las consecuencias no son baladíes: desde spam a posibles estafas.
El principal motor de la web, todavía, es la publicidad, por encima de las ventas. Para los okupas, aprovecharse de ella es fácil. El primer paso, comprar un dominio, por 4 euros al año, un coste muy pequeño que se cubre fácilmente con los anuncios alojados. El usuario despistado va a parar a la URL con el error tipográfico. Allí aparecen anuncios sindicados, de Google o Yahoo, relacionados normalmente con los temas de la web. Por ejemplo, si se recae en una errónea del iPhone (unos 8.000 sitios) aparecerán los típicos listados de Google de páginas comerciales vinculadas con el teléfono. Si el internauta pincha en el enlace publicitario, el okupa gana 0,05 dólares (0,034 euros). Con un solo clic al día se gana 12,25 dólares al año. 'A poco que hagas ya es rentable', explica Blas Simarro, director técnico de McAfee. Y además, en este caso, sería la propia compañía de Steve Jobs la que pagaría por redirigir el tráfico desde el dominio falso al oficial de Apple.
'Si me pongo un nombre parecido a la web original, ¿cuál es mi objetivo? De la suplantación a la estafa hay un paso', reflexiona un experto
Pero no son las únicas formas de ganar dinero con la suplantación. Este tipo de webs también buscan hacerse con los correos electrónicos de los visitantes para enviar spam. Con sólo un 2 por mil de respuestas a estos envíos masivos, ya se obtienen ingresos. Además, 'los e-mail de clientes potenciales interesados en un determinado producto es algo muy valioso en el marketing', que posteriormente se podrán vender, asegura este experto.
Detrás del squatting se encuentran organizaciones que se mueven más allá de la línea de la legalidad. 'Si me pongo un nombre parecido a la web original, ¿cuál es mi objetivo? De la suplantación a la estafa hay un paso', reflexiona Simarro.
El siguiente escalón son los fraudes, como páginas falsas de comercialización de productos o el intento de atraer clientes creando confusión entre marcas. McAfee también denuncia que muchas de estas páginas contienen banners de páginas para adultos y contenidos sexuales, el gran mercado de la red, incluso en webs suplantadoras de otras dirigidas a niños.
El fenómeno es global -España es tercera a nivel europeo- y afecta, más que a los usuarios, a las empresas suplantadas. Para las compañías es difícil empezar litigios contra entes, en muchos casos, desconocidos. Las más perjudicadas son las marcas relacionadas con el juego, líneas aéreas, medios de comunicación, contenidos para adultos, tecnología y web 2.0.