Transparencia en la sede de ISS
Joaquim Borrás dirige la firma de servicios con una gestión cercana al empleado
El despacho de Joaquim Borrás (Barcelona, 1957), presidente ejecutivo de ISS España, tiene dos de sus cuatro paredes de cristal. Una de ellas es un ventanal desde el que se ve una arboleda y la otra le permite mantener el contacto visual con el resto de empleados de la planta. Esta transparencia y su puerta siempre abierta permiten suponer que Borrás ejerce un estilo de dirección cercano a sus empleados. Una suposición que se confirma cuando explica que dos o tres veces al mes sale a pasar 24 horas en alguna de las 50 unidades de negocio que integran su compañía, dedicada a servicios como limpieza, mantenimiento, jardinería, control de plagas y catering.
Una de las visitas que más le ha impresionado es la que realizó el pasado mes de julio. 'Me fui a trabajar con un operario que se dedica a la desinfección de los filtros del aire acondicionado que hay en las terrazas y tejados de los edificios'. 'Claro que sabía lo que hacían', cuenta, 'pero cuando estás allí y lo ves con el equipo plastificado, con la mascarilla, limpiando con un chorro de agua a presión y a 38% o 40% de das cuenta de lo difícil que es'. Borrás siempre levanta un acta de la visitas. 'Hablo con el gerente de la unidad, no voy a mandar ni a imponer nada, y lo cierto es que cuando pasas mucho rato con los empleados acaban por bajar las barreras y empiezan a contarte lo que no les gusta y lo que no funciona'. Dice que nunca toma una decisión allí y que nunca pasa por encima de la autoridad de ningún gerente de unidad. 'Simplemente apunto y luego lo hablo con quien corresponde'. Para Borrás, encerrarse en el despacho 'es estar en el limbo', 'y yo prefiero el management by walking around gestión itinerante'. Cuenta que el único secreto para dirigir una empresa con 30.000 empleados es 'dejar dirigir a los que saben más que tú'.
ISS es una multinacional danesa que llegó a España en 1999, desde entonces ha comprado 39 empresas. Borrás estuvo en el proyecto desde el principio. Su padre tenía una empresa distribuidora de una firma danesa de aspiradoras. Cuando tenía 26 años murió en un accidente de tráfico y él, que había empezado a trabajar en la compañía tres meses antes, cogió las riendas. 'Aprendí a dirigir a trancas y barrancas'. Después los daneses quisieron comprar la compañía, y tras una 'lenta negociación' (duró 10 años), se cerró la venta. Siguió trabajando con ellos, hasta que en 1998 se incorporó a la también danesa ISS, con el encargo de desarrollar la compañía en España. 'Empecé a trabajar en pijama, desde casa, no teníamos ninguna estructura', cuenta. 'Los daneses no me exigían ni pedían nada, yo les preguntaba qué había que hacer y ellos me decían que hiciera lo que considerara oportuno'. Así que fue a ver que hacía ISS en Bélgica con la limpieza de aeropuertos, o en Inglaterra con la de los hospitales. En marzo de 1999 constituyó ISS España y en abril compró la primera empresa de limpieza en Tudela.
Borrás cuenta que el secreto de la buena marcha de compañía es la descentralización en las 50 unidades de negocio. 'La división de limpieza de hospitales en Galicia tiene 500 trabajadores y 10 personas la dirigen desde Vigo, no tiene sentido que esté el mando esté en Madrid, en Barcelona y menos aún en Dinamarca'.
Borrás intenta programar sus viajes en semanas alternativas. Con frecuencia visita Madrid y otras ciudades europeas. Su jornada tipo empieza entre las 8.30 y las 9.30 horas, 'depende del tráfico' y acaba normalmente a las siete de la tarde. Los 120 empleados que tiene la sede central en un polígono de Sant Cugat (a 20 kilómetros de Barcelona) donde está ubicado su despacho, tiene flexibilidad para entrar entre las 8.30 y las 9.30 y para salir entre las 17.30 y las 18.30. Hasta agosto, la sede de ISS estaba en un edificio cercano, que decidieron abandonar por falta de espacio, 'fuimos creciendo hasta que al final había oficinas repartidas por todas las plantas y en este edificio estamos juntos'.
Una pintura por cada división
Joaquim Borrás tiene tres hijos. La mayor, que está pasando una temporada en Australia, el mediano, que está estudiando en Inglaterra, y el pequeño, 'que como tiene 14 años todavía está aquí'. Pero no hay ninguna foto de ellos en el despacho, sólo en el ordenador, ni tampoco otro tipo de objetos personales. 'No me parecería bien decorar mi despacho de una manera excesivamente personal, o que hagan referencia a mis aficiones, si todos lo que trabajan aquí hicieran lo mismo no habría ambiente de trabajo, y procuro dar ejemplo'. Otras de las costumbres que mantiene para dar ejemplo son viajar en líneas de bajo coste y comer de menú. 'Si yo lo hago es mucho más fácil que los demás también lo hagan'.Cinco cuadros de Ramiro Fernández (Sabadell, Barcelona, 1961) decoran la pared que queda detrás de la mesa de trabajo de Borrás. Cada uno de los lienzos representa una de las ramas de negocio en las que la multinacional danesa está presente: limpieza, control de plagas, mantenimiento, jardinería y catering.La pared de enfrente está decorada con una pizarra y un mapa de España con puntos verdes, rojos, azules, amarillos o blancos. Cada uno de los puntos simboliza el gerente de una unidad de negocio.