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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Los Presupuestos pasan la prueba

Las cuentas que cerrarán esta legislatura recibieron ayer el visto bueno del Congreso de los Diputados. Los 182 votos del PSOE, IU-ICV, PNV, BNG, Nueva Canarias, Chunta Aragonesista y del ex diputado del PP Joaquín Calomarde, y una plausible dosis de sentido común, se han impuesto a los 165 que reclamaban la devolución de las cuentas. Los Presupuestos Generales para 2008 han superado así la prueba, tras el veto -político, que no económico- planteado en el Senado por el PP y apoyado por CIU y ERC.

El percance parlamentario ha impedido que se aprobara la partida de 200 millones para el fondo de inmigración que debía repartirse entre las autonomías. Pero hay soluciones y, bien con un decreto-ley, bien ejecutando las partidas del Ministerio de Trabajo, al final los Gobiernos autonómicos dispondrán de dinero para inmigración. Sin embargo, quedarán fuera de las cuentas públicas los 229 millones que se plantearon en el Senado para gastos varios de distintos ministerios.

Son avatares lógicos de unos Presupuestos marcados por las elecciones generales del 9 de marzo. La huella electoral se ha dejado notar en partidas como el cheque-bebé o las deducciones fiscales al alquiler, promesas lanzadas por José Luis Rodríguez Zapatero desde el verano. Respecto a la maniobra del veto de CiU en el Senado, está por ver su efecto en votos. Su portavoz en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida, pocas horas antes de la votación en el Congreso, confiaba en que no se llegase a tener que prorrogar los Presupuestos. Una contradicción explicable sólo en clave electoral.

Ahora está por ver cómo se comporta la economía española el próximo año. Una de las principales críticas a las cuentas públicas es que el cuadro macroeconómico sigue apostando por un crecimiento del 3,3% del PIB cuando el propio Pedro Solbes o el Banco de España hablan de 'en torno al 3%'. Si una actividad menos vigorosa de la prevista por el Gobierno supone caída de ingresos fiscales, el superávit podría ser menor del previsto. Y una de las bondades de estas cuentas es su equilibrio financiero.

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