Viana deja Telefónica tras el ascenso de Linares a número dos
Relevo en la cúpula de Telefónica, y de dos en dos. Tal y como estaba previsto, el consejo de la operadora refrendó ayer el nombramiento de Julio Linares como consejero delegado. Pero la designación ha tenido una repercusión imprevista. António Viana, el hombre fuerte de España y responsable de una parte no desdeñable de la buena marcha de Telefónica, contestó con una dimisión irrevocable.
No hubo golpe encima de la mesa, pero sí una renuncia sin marcha atrás. Sin tensión, sin discusiones, António Viana-Baptista, máximo responsable de la actividad de Telefónica en España, ha entonado un así no, mejor estar fuera y ha dado su adiós definitivo a una compañía en la que suma casi una década. La tormenta interna se ha desatado en menos de siete días, los que tardó César Alierta en decidir y comunicar a los afectados que Julio Linares sería el elegido para asumir el puesto de consejero delegado para el día a día, de número dos en el que confiar la cotidianidad de los negocios.
Dicen fuentes de su entorno que esta decisión no fue fácil. Que Alierta tenía claro que necesitaba más tiempo para dedicarse a las cuestiones estratégicas, que con los viajes a Latinoamérica y los que va a implicar su entrada en el consejo de Telecom Italia y China Netcom necesitaba un apoyo. Pero Alierta tenía varios nombres en cartera. Uno era Linares; otro, Viana. Optó por el primero porque su perfil se adaptaba más a lo que requería la situación concreta. Y el segundo no lo aceptó.
La situación cristalizó ayer. El mismo consejo de administración que aprobó el nombramiento de Linares, tuvo que enfrentarse a la renuncia de Viana, que deja un hueco en la filial más importante de Telefónica. En estos momentos, el director general de Telefónica España era uno de los tres ejecutivos más importantes de la operadora y con más responsabilidad en sus manos. Su marcha se produce, además, en un momento delicado. Tras un año de trabajo, la integración del negocio de telefonía fija y móvil en territorio nacional empieza a ser exitosa, con ganancia sistemática de cuota en banda ancha y mejora en las cifras de clientes celulares. Pero falta consolidar la tendencia y en juego está casi el 50% del Ebitda de todo el grupo Telefónica, que es lo que aporta España.
Alierta ha cerrado la crisis interna con los movimientos que le caracterizan: con rapidez y en busca de la continuidad. Intentó convencer a Viana, pero fue imposible, y empezó a pensar nombres. Miró dentro de Telefónica España y encontró la respuesta: Guillermo Ansaldo, un valor seguro que garantiza que se seguirá la línea implantada por Viana desde una persona que trabajó codo a codo con él y que es responsable de parte de las iniciativas que se han desarrollado en la operadora.
Ansaldo deja, por tanto, el puesto de consejero delegado de Telefónica España, que asumió en 2005, para saltar a la primera línea. Belén Amatriaín, ahora responsable del área de móvil, será su número dos.
Ambos reportarán al nuevo consejero delegado del grupo, Julio Linares, al igual que las otras dos filiales, Latinoamérica y Europa.
El financiero sin fronteras
Operación Verónica, compra de filiales de Bellsouth, unificación de la marca Movistar en 13 países, integración de la telefonía fija y celular en España, negociación para traer el iPhone..., todos estos acontecimientos tienen un denominador común: son grandes movimientos que han convertido a Telefónica en lo que es hoy. Y todos tienen un nombre que los aglutina: Viana-Baptista.Este portugués de 49 años, casado y con tres hijos, siempre con la maleta preparada, ciudadano internacional, financiero de fondo pero el mejor comercial cuando la situación lo requiere, experto negociador y adorado por el mercado bursátil, ha participado en la mayoría de las grandes operaciones de la última década en Telefónica. Y las ha disfrutado, porque eso es lo suyo, idear e impulsar estrategias de calado con el convencimiento de que quien no innova y crece, retrocede, y que eso una empresa líder no se lo puede ni plantear.Fue hombre de Villalonga, se curtió en Telefónica Internacional cuando había que consolidar Latinoamérica, se lució en una Telefónica Móviles cotizada y con negocio al alza y se consolidó en Telefónica España, donde integró fijo y móvil. Nada amigo de camarillas, nunca buscó respaldos que no procedieran de los resultados que conseguía como gestor. Pero esos los reclamaba como derecho propio. No lo pensó dos veces cuando hipotecó sus vacaciones para ver a Steve Jobs en California o cuando lanzó opas millonarias. Tampoco le ha temblado la mano ahora. Sin tensiones ni malos modos. Por ahí no y desde luego no con él.
Solidez para atar la caja
António Viana demostró que nada importa dónde se ha nacido si la gestión es buena. Por eso nadie preguntó nunca qué hacía un portugués al frente del negocio nacional de Telefónica. Ahora es un argentino quien toma el relevo y de él nadie ha cuestionado tampoco por qué formaba el mejor equipo como número dos primero de Luis Lada y luego de su sucesor, Viana, que ahora le cede el puesto.Guillermo Ansaldo toma las riendas de Telefónica España después de dos años y medio como consejero delegado de la filial. Al igual que Viana, su edad -45 años- habla de renovación y nuevos talentos para un mundo tecnológico que cambia cada día.El nuevo primer ejecutivo mezcla en su formación las facetas de ingeniero -aunque no de telecomunicaciones- y de financiero que tanto abundan en Telefónica. También una carrera de 11 años en McKinsey en Madrid y en Argentina le habilita como ejecutivo de la operadora.Ansaldo entró en Telefónica como consejero delegado de la filial de la compañía en Argentina en 2000 y pasó allí los difíciles años de la crisis económica, la pesificación, la congelación de tarifas y el corralito. En 2005 dio el salto a España, al negocio nacional de telefonía fija. Cuando llegó la integración con el móvil, mantuvo el puesto.Dicen de él que es sólido, reflexivo, que no genera enfrentamientos y que puede hacer un buen equipo con su número dos, Belén Amatriaín. De todo ello dependerá la filial que más caja genera en el grupo.