Estándares europeos copan el 75% del mercado global del móvil en banda ancha
Los nuevos estándares europeos de telefonía móvil en banda ancha han logrado reconquistar el mercado mundial frente a las propuestas de americanos y japoneses y controlan más del 70% de la cuota mundial.
Hace tan sólo cinco años la industria europea de la telefonía móvil mantenía una posición derrotista y vislumbraba negros nubarrones en su futuro. Después de haber mantenido durante más de quince años una posición de liderazgo absoluto en el fulgurante despegue del servicio de las tecnologías de comunicación celular en todo el mundo a través del estándar GSM, parecía que sus competidores iban a ganarle la partida.
Por un lado las empresas europeas de fabricación de móviles emprendían una huida hacia los bajos precios de la mano de obra de china. Por otro, el estándar de tercera generación UMTS se basaba en soluciones estadounidenses Wcdma. En el incipiente mundo de los servicios celulares de datos, los japoneses amenazaban con el i-mode y Microsoft lanzaba su Windows Mobile. En redes, daban pavor los bajos precios de las empresas emergentes coreanas y chinas.
Los años han pasado y las sombras negras se han disipado. De los 3,2 millones de usuarios de telefonía móvil que existen en el mundo, el 85% reciben el servicio utilizando equipos con el estándar europeo tradicional GSM y soluciones mixtas de tecnología celular para banda ancha del viejo continente y estadounidense que responden a las siglas HSPA y Wcdma y ofrecen velocidades de transmisión de hasta 7 megabits/segundo.
La nueva tecnología HSPA que está facilitando la rápida introducción de los servicios de datos de internet en el móvil tiene todas las cartas para convertirse en el estándar dominante, en todo el mundo. El éxito que ha conseguido en el mercado, frente a las soluciones competidoras basadas en la tecnología Wimax, permiten prever que nos encontramos ante un fenómeno de similares características al que en su día supuso el GSM.
El dominio celular europeo no sólo se ha reforzado en el plano general, sino también en los diferentes niveles de producto y servicio que configuran este negocio. Si bien es cierto que la gran mayoría de los fabricantes de terminales han llevado su producción a China, no es menos cierto que las principales marcas de los dispositivos son europeas. Nokia es el líder indiscutible, con el 39% del mercado. Sumada su poderosa presencia con la de otros fabricantes como Sagem o Sony-Ericsson, se puede afirmar que más de la mitad de los móviles del mundo son de diseño y tecnología del viejo continente. En redes el dominio es abrumador: Ericsson tiene el 35% del mercado, el nuevo coloso que suma las divisiones de infraestructura de Nokia y de Siemens tiene el 20% y a ellos hay que añadir las aportaciones de Alcatel.
En el mundo de las plataformas tecnológica de los terminales (chipset), Nokia, Ericsson y Sagem controlan el 70% del mercado. Estos dispositivos son el auténtico cerebro de los móviles.
Los fabricantes de EE UU responden
La industria celular en Estados Unidos ha desplegado sus propias estrategias para ganar terreno en la telefonía móvil en un momento en el que las firmas europeas intentan utilizar su poderío en el acceso a la banda ancha en movilidad, para restar peso al dominio estadounidense en el mundo de internet. Nortel apuesta por su solución de Wimax móvil punto-a-punto, destinada a proporcionar contenidos de banda ancha en movilidad, incluyendo internet en cualquier lugar, vídeo móvil, voz sobre IP, televisión, aplicaciones de datos y comercio electrónico móvil. Los defensores del Wimax aseguran que el crecimiento exponencial del tráfico de datos y multimedia sobre las redes celulares les dará una oportunidad de imponer sus soluciones. El fenómeno de los terminales iPhone de Apple es la otra gran apuesta que llega desde el otro lado del Atlántico. Ha modificado las relaciones entre los fabricantes y los operadores, y ha inquietado la mismísima Nokia.