Las carteras de renta variable mantienen el atractivo
Las últimas decisiones de las autoridades monetarias, dejando estables los tipos de interés, han tenido repercusiones moderadas en los mercados, entre otras cosas porque los bancos centrales que están liderando los movimientos en los tipos rectores (la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra) parecen bastante volcados en aplicar descuentos en sus respectivas tasas, como esta misma semana ha puesto de relieve el banco británico, que al no estar integrado en la Unión Monetaria lleva una política diferente y ajustada a las necesidades de su economía. No obstante, la bajada de tipos de interés británicos los ha dejado en el 5,50% tras el recorte de un cuarto de punto decidido esta semana, es decir, punto y medio por encima de los tipos de la eurozona.
La tendencia a la baja en los tipos de interés europeos se demorará, quizás hasta la primavera, lo que ha dado un respiro a las rentabilidades, que en la segunda mitad de la semana han subido de forma significativa, lo que ha causado nuevos quebrantos a los planes de renta fija a corto plazo, que esta semana se movían en torno al 1,6% anual, la rentabilidad más baja entre los diversos grupos a excepción de los que invierten en bonos a medio y largo plazo, que en términos anuales están en la zona del 1%.
Una semana más, la renta variable se mantiene como el mercado idóneo para que los partícipes capitalicen su ahorro con rendimientos interesantes, lejos de la espectacularidad de años anteriores, pero en todo caso por encima de la inflación de forma holgada. Aunque algunos planes de renta variable cerrarán el año posiblemente en pérdidas (los especializados en la Bolas japonesa y algún otro aislado), la tónica dominante en los planes de tipo bursátil es claramente positiva. En conjunto, mantienen en el año un rendimiento cercano al 7,5% de promedio y posiblemente ese sea el rendimiento medio que van a presentar al cabo del año, ya que las semanas que restan quizás cambien poco las valoraciones.