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Medio ambiente

Frenar el calentamiento pasa por Pekín y Delhi

EE UU exige a China e India un pacto para atajar los niveles de CO2.

Envuelta en un férreo dispositivo de seguridad, la Conferencia de la ONU sobre el cambio climático de Bali reúne a 190 países para intentar dar salida a una hoja de ruta mundial contra el calentamiento, que daría el pistoletazo de salida oficial en 2009. El camino no se anuncia nada fácil, y 'los dos próximos días serán cruciales para acercar posiciones', según el expeditivo portavoz de la ONU para el cambio climático, el holandés Yvo de Boer, de cara a la llegada de los ministros a la negociación, la semana que viene.

El protocolo de Kioto, única herramienta internacional hasta la fecha para dar respuesta al calentamiento climático, expira en 2012 y sólo impone la reducción de gases contaminantes a 36 países industrializados.

Diez años después de su firma, China e India han pasado de ser balbuceantes potencias económicas exentas de toda exigencia medioambiental a erigirse en gigantes en toda regla.

Y a mayor crecimiento, mayor demanda energética, principal causa del aumento de temperatura del planeta. 'La energía es clave para el crecimiento económico y la demanda crecerá más del 50% en 2030, procedente, sobre todo, de los países emergentes', según el portavoz de la delegación estadounidense, Harlan Watson.

Según el último estudio de la Agencia Internacional de la Energía, las emisiones de los dos gigantes asiáticos pasarán de 27.000 millones de toneladas en 2005 a 42.000 millones en 2030.

Estos espectaculares datos sirven a EE UU de excusa para exigir en esta cumbre que Pekín y Nueva Delhi se comprometan a reducir sus emisiones contaminantes, aunque este país, la primera potencia mundial, no haya ratificado aún Kioto.

Si bien China superará en los próximos años las emisiones de EE UU, 'su población es cuatro veces mayor', según la delegación de Greenpeace en Bali. Japón y Canadá también piden fijar obligaciones para estos dos países, mientras Pekín y Nueva Delhi se niegan, en aras de su necesidad de seguir creciendo para sacar a su población de los índices de pobreza.

El reto de Bali será encontrar un acuerdo 'que tenga sobre todo en cuenta a los países emergentes', según De Boer. Un primer paso ya se ha dado, tras el acuerdo esta semana de concretar la transferencia de tecnología limpia a estos países, que muestran su voluntad por sumarse a la lucha climática, pero piden más ayudas ante su falta de medios.

Queda ver cómo un mecanismo de este alcance se pondrá en marcha y quién lo financiará. El sector privado será vital, según la ONU, y en el caso de China la transformación deberá pasar por 'mejorar la eficiencia energética y desarrollar un mercado del acero limpio'.

Si China se muestra determinada a defender el aspecto voluntario de su contribución a la lucha contra el cambio climático, India ha ofrecido mantener sus emisiones por debajo de aquéllas de los países desarrollados.

Industria maderera

Además de estos compromisos seudoformales de algunas de las potencias más contaminantes del planeta, la protección de las selvas tropicales se anuncia vital para luchar contra el cambio climático. Los tres principales pulmones de la Tierra: la amazonia brasileña, la República del Congo e Indonesia frenan de forma natural la emisión de gases de efecto invernadero. Pero su deforestación salvaje por el apetito de la industria maderera y la necesidad de tierras cultivables para la fabricación de biocombustibles está provocando el efecto inverso, sindo responsable del 20% de la emisión de gases contaminantes, según resaltan los expertos.

Por ello, la cumbre de Bali se ha propuesto sacar adelante un mecanismo de compensación que pague a los países en desarrollo, donde se concentran las selvas tropicales, por no destruir estos espacios. 'Evitar la deforestación es clave si se quiere hacer frente al cambio climático', explican desde la ONU, ya la mejor forma será poner en marcha 'incentivos económicos que disuadan de la deforestación', algo que no incluye Kioto.

Nuevas recetas para un viejo problema

El país de acogida de la cumbre, Indonesia, quiere impulsar un mecanismo capaz de transformar el ahorro de emisiones obtenido con la protección de los bosques en un bien intercambiable por dinero.Brasil exige un compromiso más fuerte de las grandes potencias mundiales, así como de aquellas en vías de desarrollo, para reducir sus emisiones.La organización Llamada de Atención Global contra la Pobreza insta a un compromiso para reducir las emisiones en un 80% sobre los niveles de 1990 hasta el año 2050. La UE ha ofrecido reducir las suyas un 30% en idéntico periodo.Amigos de la Tierra Internacional cree que los países ricos deben pagar a los pobres por los daños causados por el cambio climático.El Foro Indonesio del Medioambiente reclama que se excluya a las empresas que operan en el mercado del carbono, donde los países industrializados compran derechos de emisión, ya que sólo piensan en el negocio de los bosques.

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