Vender lujo 'made in Spain' a los millonarios rusos
Empresas españolas, desde promotoras a Lladró, participan en una feria para ricos celebrada en Moscú.
Los 100.000 millonarios de la Rusia postsoviética son un gran mercado para el lujo. El holandés Yves Girajarath lo sabe, por eso organiza anualmente una feria para ricos en Moscú, donde tiene cabida cualquier fantasía suntuosa e, incluso, excéntrica para el común de los mortales no rusos. ¿Se le ocurre alguna excentricidad mayor que una vitola de diamantes para habanos? Pues la joyería alemana La Baronessa los pone a disposición de fumadores excéntricos. Durante tres días y hasta el domingo, 40.000 personas se pasearon por los variados stands de 200 empresas.
Gran parte de los expositores estaban dedicados a la venta de propiedades inmobiliarias, incluso disparatadas por la fanfarria. Construcciones nuevas que imitan edificios clásicos, inversiones en Dubai, resorts exclusivos en el Caribe o en Asia y muchas otras en el Mediterráneo.
El Nath, una inmobiliaria de Almería, ha estado presente en la convención con dos promociones: 4 chalés 'de diseño' de hasta 2 millones de euros en Vera y 23 viviendas en Níjar, término municipal incluido en el parque natural de Cabo de Gata. 'Hemos hecho contactos sobre todo con agencias rusas', explica Patxi Jiménez, gerente de la promotora. Masa y Mascarat Beach, dos inmobiliarias alicantinas, también han estado presentes. 'Los rusos buscan sobre todo sol y mar', opina Jiménez. Por eso los destinos del Mare Nostrum, desde el más caro Mónaco a la soleada Creta, son los favoritos. Y para ayudar a invertir, en la muestra también pululaban asesores financieros y fondos.
Para decorar las casas tampoco han faltado stands en la feria de Moscú. Galerías de arte, interioristas, retratos hechos con rubíes y zafiros de Sri Lanka, o suelos de fantasía diseñados por la empresa alicantina Pardo Stone Design. También porcelanas de San Petersburgo o figuritas de la valenciana Lladró. Junto a jets (de Gulfstream) o a coches de lujo de marcas como Bugatti, Mercedes y Ferrari, 'modelos guapísimas', reconoce Jiménez. Algunas incluso haciendo top less. 'Es una feria muy masculina, con muchas chavalas con poca ropa', asegura Luis Miguel Halcón, director general de Jamones Juan Pedro Domecq, nombre del ganadero de reses bravas. Esta compañía vende delicatessen ibéricas -jamón loncheado y envasado- en estos encuentros, que también se celebran en Shanghai y Ámsterdam, aunque en esta ocasión no ha acudido a Moscú.
El look del millonario asistente no es 'el del modelo de Pretty Woman, el de un rico bien trajeado', cuenta Halcón, sino 'de vestimenta llamativa o extrovertida', añade, y amante del puro. 'Pero cualquiera, de repente, te saca la Visa platino con una alegría impresionante y te compra 10 ibéricos', asegura este directivo, quien explica que aparte de la venta al público, estas muestras sirven como escaparate para la compañía.
En el delirio de la ostentación se pueden encontrar botellas de Vodka a 6.000 euros dentro de obras de arte en forma de huevo, navajas suizas con piedras preciosas y memorias USB o móviles cubiertos de diamantes. Y es que las joyerías y relojerías son la otra pata de este salón. Todo lo que desee, al precio más exagerado, pero sin garantía del mínimo estilo.