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Los lunes de los fondos
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La crisis que no llega

La Bolsa española sigue al alza pese a las dudas que se ciernen sobre la economía

Son ya bastantes los meses en los que las advertencias sobre los puntos débiles de la economía española y la insostenibilidad de su elevado crecimiento se han intensificado, hasta el punto de aparecer día sí día también en los medios de comunicación. La teoría es bien conocida y viene a decir que los pilares sobre los que se asienta, construcción y turismo, se encuentran seriamente amenazados.

En el primer caso, el estallido de la reciente crisis del mercado de crédito en Estados Unidos y unos indiscutibles indicadores domésticos menguantes en todo lo relativo al sector inmobiliario y construcción, parecen dejar fuera de toda duda que la aportación al crecimiento económico de este componente clave va a ser decreciente. La única duda que se plantea es si estamos ante una ralentización razonable o ante el inicio de algo bastante más serio. Acertar con esto es igual de difícil que de importante, ya que posiblemente marcará la diferencia entre un aterrizaje suave de la economía o una desaceleración fuerte.

El segundo pilar, el turismo, tiene bastante mejor aspecto. Los expertos se preguntan con asombro cómo un sector tan maduro puede seguir creciendo a ritmos más que razonables, como así lo atestiguan los datos más recientes de este año. Las razones que se dan son variadas, pero y mientras se siga gestionando con acierto esta industria, continuará su buena marcha. En este sentido, medidas como las recientemente anunciadas por el Gobierno para recuperar cientos de kilómetros de costa, parecen ir en la dirección adecuada, que no es otra que la de calidad.

Sin embargo, bastantes analistas se quejan de que reducir una economía moderna como la española a construcción y turismo no es acertado, ya que se olvidan de partes muy importantes de la actividad que contribuyen a su crecimiento global. Básicamente, esperan que determinadas áreas del sector servicios e industrial tomen el relevo y sean capaces de contrarrestar la desaceleración del sector inmobiliario con todos sus efectos colaterales en otros sectores.

El debate es ciertamente apasionado y del máximo interés no sólo nacional sino internacional, lo que ha llevado a interesantes discusiones entre analistas extranjeros como Martin Wolf, defensores del 'dolor' en España, tras años de elevado crecimiento económico, contra Guillermo de la Dehesa, defensor del ajuste ordenado.

La cuestión es ciertamente clave, no sólo para el bienestar futuro de los españoles sino también desde el punto de vista de las inversiones financieras y del inversor doméstico. Precisamente, en las últimas semanas el comportamiento de la Bolsa española ha vuelto a sorprender con una fuerte recuperación tras las caídas de este verano. El tema vuelve a estar de plena actualidad, ya que además son muchos los analistas y gestores que vienen recomendando una reasignación de activos bursátiles de la renta variable española hacia la de otros países y regiones.

El gráfico central muestra de manera clara mediante los índices Lipper, formados por todos los fondos de inversión europeos que invierten en renta variable española, de la zona euro y EE UU, que los de Bolsa nacional van camino de volver a superar a sus principales competidores por otro año más, salvo desastre en los dos últimos meses. Ello estaba en el guión de pocos analistas, especialmente cuando durante los meses centrales, parecía confirmarse que los primeros datos, indicando ralentización del crecimiento, iban acompañados de peor comportamiento bursátil.

El comienzo de la temporada de publicación de resultados del tercer trimestre ha vuelto a poner de manifiesto cómo las principales compañías siguen disfrutando de una excelente salud, superando sus crecimientos de beneficios a la mayoría de sus competidores internacionales. La inequívoca relación existente entre beneficios empresariales y comportamiento bursátil ha provocado este último rally y puesto en el olvido temporal las amenazas que se ciernen sobre la economía española.

Otra de las consecuencias de estos excelentes resultados es la popularización de la teoría de que las principales compañías que mueven el índice de referencia, el Ibex 35, tienen en realidad una gran parte de sus actividades y negocio fuera de España, por lo que la posible desaceleración doméstica apenas les afectaría. No obstante, los inversores deberían ser muy cautos, ya que si bien ciertas acciones españolas capearían razonablemente bien una ralentización doméstica por este motivo, el conjunto del mercado no sería inmune al mismo.

Los fondos lo hacen mejor que el Ibex

Los fondos de inversión que invierten en Bolsa española disfrutan de una rentabilidad superior al 16% en los últimos 12 meses.Este dato supera en unos dos puntos la rentabilidad del Ibex. El festival de resultados ha tenido su traducción en los dividendos pagados por muchas empresas con su consiguiente y positiva repercusión en los fondos.El mejor comportamiento de medianas y pequeñas compañías también han venido influido favorablemente en los fondos aunque existen dudas de que esto se mantenga en el futuro.

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