Bernanke cierra el grifo
Doble lectura de la reunión de la Reserva Federal en Estados Unidos. Ben Bernanke se queda sin demasiada munición para volver a insuflar ánimo a la economía y los mercados si la crisis hipotecaria arrecia. Recortó los tipos y señaló que 'la acción de hoy, combinada con la tomada en septiembre, debería prevenir algunos de los efectos adversos en la economía que podrían emerger de las turbulencias en los mercados financieros'.
En resumen, que no hay más gasolina para los mercados. Así, un nuevo cambio de planes se interpretaría como una señal de que las cosas han empeorado significativamente. En este sentido, es una decisión arriesgada y optimista, por lo que queda por ver que el tiempo dé o quite razón a Bernanke, prudente dentro del optimismo. Si realmente la economía se puede recuperar de la crisis hipotecaria, lo más prudente es cerrar el grifo al mercado. Es preferible bajar tipos y dejarle que se apañe solo, antes que mantener el cebo otras seis semanas.
En cualquier caso, la decisión supone asumir que el deterioro de los mercados ha dejado de ser un riesgo para la economía. Porque el punto final a las bajadas de tipos no es una buena noticia para los operadores de más corto plazo, pues devuelve el foco a aspectos donde las noticias no son tan previsiblemente de color de rosa.
La Reserva Federal ha recortado los tipos de interés en tres cuartos de punto desde el inicio de la crisis. El recorte es el mismo que el practicado en 1998, aunque algo más rápido. Aquel movimiento ayudó a inflar la burbuja especulativa del Nasdaq, y seguramente en la decisión del comité de la Fed haya pesado esta historia. No quieren una disfunción de los mercados financieros por un exceso de pesimismo, pero tampoco dar demasiado aire a un mercado que, cuando tiene el dinero barato, suele perder el Norte y la memoria.