La Caixa aspira a ser el mayor accionista de la fusión de BCP y BPI

La Caixa quiere jugar un papel protagonista en la consolidación del sector bancario portugués. La caja se muestra dispuesta a tomar el control de la entidad que resultará de la fusión de Millennium BCP con BPI y llegar a una participación del 20%. Tan sólo impone como condición que la oferta que salga adelante sea amistosa.

Decía un banquero que cuando una entidad financiera carga un arma suele ser para dispararla. Esta sentencia tiene visos de cumplirse pronto en el caso de La Caixa y Criteria, su recién creado holding de participaciones industriales.

La mayor caja de ahorros española ha fijado como una de las prioridades de su nuevo brazo inversor -que tiene una capitalización de 17.000 millones de euros- la compra de entidades financieras de tamaño medio. La consolidación del sector bancario portugués puede convertirse en una oportunidad de oro.

El presidente de BPI, Fernando Ulrich, declaraba ayer a una televisión portuguesa que La Caixa (máximo accionista de la entidad con un 25% de su capital) podría estar interesada en elevar su participación en el nuevo banco hasta el 20%, en lugar de dejar que se diluyera al 9% tras la fusión.

Fuentes de la caja de ahorros, lejos de desmentir las declaraciones de Ulrich, recogían ayer el guante al asegurar que 'no se descarta elevar la participación en el banco fusionado, en un porcentaje que podría ser del 20% de la nueva entidad'. La única condición que se han impuesto para escalar en el accionariado del nuevo campeón nacional luso es que, de prosperar una oferta, ésta sea amistosa.

Ayer mismo, el consejo de administración de BCP Millennium, rechazó la oferta lanzada la semana pasada por su rival BPI, pero dejó la puerta abierta para iniciar un diálogo 'sin condiciones previas'.

Actualmente, el primer accionista de BCP -el mayor banco privado portugués-, es la sociedad de inversión holandesa Eureko, con un 7,07% del total. El segundo, con un 6,82%, es la empresa lusa de maquinaria Metalgest. Banco Sabadell controla un 2,5%.

Todas estas cuotas se diluirían en caso de prosperar la fusión de BPI. Así pues, si La Caixa llegara al 20% de la nueva entidad podría controlarla. Sin embargo, la caja se encontraría por el camino con la negativa de algunos accionistas de BCP reacios a que la entidad fusionada pasase a manos españolas.

El presidente de Banco Privado Portugués, João Rendeiro, recalcó ayer que estaría dispuesto a respaldar la fusión (controlan un 2,5% de BCP) siempre que el aumento de participación de La Caixa no ponga en peligro que el centro de decisión del banco siga Portugal.

Doble motivación

El interés de la caja catalana por escalar en el capital de la nueva entidad es doble. Por un lado, si se hiciese con una cuota del 20% podría consolidar esta posición en sus resultados. Por otra parte, los responsables de Criteria han decidido que el brazo financiero de La Caixa apueste por el sector bancario y apoye la expansión internacional de la entidad.

Actualmente, el peso de compañías financieras en la cartera industrial es del 17%. El objetivo quede entre el 40% y el 60%, lo que supone invertir entre 4.000 y 7.000 millones de euros para comprar bancos medianos, así como toma de participaciones.

Teniendo en cuenta que La Caixa controla ya un 25% de BPI y un 1% de BCP, llegar al 20% de la entidad resultante de la fusión supondría un desembolso de entre 1.000 y 1.200 millones de euros.

Fuentes de la caja reconocen que las posición del presidente de La Caixa, Isidoro Fainé, y del consejero delegado, Juan María Nin es muy proclive a la fusión y a contar con una posición relevante en la nueva entidad.

La entidad abre oficina en Rumanía

Los tentáculos de La Caixa se extienden. Ayer, el director general de la entidad, Juan María Nin, inauguraba una oficina en Rumanía, después de que en el mes de julio lo hiciera en Polonia. La entidad catalana cuenta con más de 64.000 clientes rumanos que realizan al mes una media de 2.500 envíos de remesas a través del servicio CaixaGiros. Se avanza así en la expansión iniciada en 2005 en Oporto y Bruselas.