La banca aflora su solvencia
Los resultados de la banca no contienen sorpresa alguna, porque carece de sorpresa lograr más de 15.000 millones de beneficios a septiembre. En nueve meses han ganado tanto como en todo 2006 si nos atenemos a su negocio recurrente. Y ello con los niveles de calidad tradicionales, mejorando márgenes y eficiencia, y con bastante visibilidad sobre el futuro. Que la banca española es una de las más solventes del mundo no es un latiguillo para justificar que la crisis de las hipotecas subprime no afecta al sistema financiero. Por criterio de gestión, y muy condicionados por los límites del supervisor, bancos y cajas tienen balances libres de subprime, pese a que han echado mano de forma intensiva de financiación exterior.
Para trimestres, incluso años, venideros, casi todos los bancos han hecho ya proyecciones de negocio que se apartan muy poco del desempeño demostrado hasta ahora, pese a admitir, al menos las entidades que operan sólo en el mercado ibérico, que hay una inflexión bajista en la concesión de crédito hipotecario, con un endurecimiento de las condiciones de contratación con los particulares y una limitación clara con los promotores. El crédito a empresas y al consumo ha tomado oportunamente el relevo.
En el tercer trimestre ha repuntado la morosidad en términos generales, y tiene lógica la ulterior moderación del crédito, aunque en ningún caso existe información suficiente y acreditada como para considerar que haya operaciones inmobiliarias pendientes de financiación. Si las hay, es por la sequedad de la demanda final, pero nunca por la obstrucción financiera.
La falta de liquidez en el interbancario no ha parado la actividad. La banca ha aprovechado el ahorro de la población pasiva para activarlo con generosa remuneración de los depósitos. Si la actividad económica responde y la desaceleración no va más allá de lo razonable, la banca puede mantener el optimismo.
