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'Telecos'

Brasil pide garantías adicionales en el pacto de socios de Telecom Italia

Son condiciones menores y no suponen un cambio en los planes de Telefónica en Telecom Italia, pero Brasil las quiere por escrito. Los nuevos dueños de la italiana tendrán que ampliar el pacto de accionistas y añadir las restricciones impuestas por el regulador brasileño para aprobar la compra. Tienen 30 días para ello.

Telefónica y sus aliadas italianas en la toma de control de Telecom Italia tienen trabajo por delante. O, más bien, lo tienen sus abogados. Y es que el regulador de las telecomunicaciones brasileñas, Anatel, quiere que las restricciones que ha impuesto a la operación en Brasil figuren por escrito y que estén plasmadas en el acuerdo de accionistas.

Se trata del primer requisito en la larga lista de condiciones que conforman la resolución de Anatel sobre la operación, emitida el pasado martes. 'Las restricciones deberán ser incorporadas a un nuevo acuerdo de accionistas, que tendrá que ser sometido a la aprobación de Anatel en el plazo de treinta días', explica la decisión.

Lo importante, sin embargo, es que ni la ampliación del acuerdo de accionistas ni ninguna de las condiciones impuestas impiden el cierre de la operación, que se concretará de forma 'inminente', según fuentes conocedoras de la situación. Telefónica, en un hecho relevante remitido ayer a la CNMV, aseguraba que la materialización de su entrada en Telecom Italia era cuestión 'de días' y la única duda que queda es si será hoy mismo, mañana o el lunes de la próxima semana.

Por eso, la ampliación del pacto de accionistas se hará de forma paralela a la entrada en Telecom Italia, que dará a Telefónica y sus socios italianos, los bancos Intesa Sanpaolo y Mediobanca, la aseguradora Generali y la familia Benetton, el control sobre la operadora a través de una sociedad holding.

Los cambios en el acuerdo entre los accionistas ya están pactado entre los protagonistas de la operación que, al igual que Telefónica, no han visto ningún problema en las condiciones impuestas por Brasil. Y ello, a pesar de los temores que la decisión del regulador brasileño ha ocasionado en los últimos meses, provocados por el intento de Carlos Slim, el magnate mexicano dueño de América Móvil, de frenar la compra a través de Brasil.

Tanto Telefónica como Telecom Italia tienen filiales de móvil en el país latinoamericano y la unión entre ambas estaba condicionada a que el regulador de Brasil no obligara a ninguna de ellas a desinvertir.

Al final, las condiciones impuestas son elevadas en número -son 28-, pero de carácter menor. De hecho, la gran mayoría de ellas estaban ya previstas en los acuerdos firmados para regir el futuro de Telecom Italia. Las restricciones exigen la absoluta separación entre las dos filiales, pero no impiden, según fuentes cercanas a Telefónica, la colaboración entre ambas, incluso en el desarrollo de la red de móvil de tercera generación, siempre que sus acuerdos estén abiertos a terceros.

Roma reclama estabilidad a los dueños

Telecom Italia llega a la operación que cambiará de manos el control sobre ella después de varios años de inestabilidad accionarial, de virajes en la estrategia y de entradas y salidas de propietarios y gestores. Por eso, el ministro de Comunicaciones de Italia, Paolo Gentiloni, pidió ayer a los nuevos accionistas de Telecom Italia que aseguren la 'estabilidad' de la compañía, recordando que es 'una de las empresas más importantes' del país transalpino, informa Europa Press.Gentiloni hizo estas declaraciones a los periodistas en Milán y valoró de modo positivo la decisión del regulador de las telecomunicaciones brasileño, Anatel, de dar el visto bueno a la entrada de Telefónica en el capital de Telecom Italia.Eso sí, el cambio accionarial en la operadora italiana no va a condicionar la política de telecomunicaciones italiana. El Gobierno de Roma está decidido a segregar la red de telefonía fija nacional de Telecom Italia y ayer, a través del ministro de Comunicaciones, reiteró su intención.

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