La petroquímica de Tarragona suma ya cinco plantas de biodiésel
La petroquímica de Tarragona albergará cinco plantas de biodiésel, con una capacidad de 800.000 toneladas y una inversión de 174 millones de euros. Repsol y La Seda desarrollan sus propios proyectos, mientras que la alemana Basf alquilará sus terrenos.
La situación geográfica común en la mayoría de petroquímicas, normalmente cerca de puertos, y con tuberías y servicios logísticos que conectan las empresas se han convertido en una excelente ubicación para la producción de biodiésel. Las plantas de carburantes ecológicos se benefician, además, de tener al lado las materias primas y los clientes, las principales refinerías. Este es el caso de la petroquímica de Tarragona, que concentra hasta cinco proyectos de factorías de biodiésel, con una capacidad prevista de 800.000 toneladas y una inversión agregada de 174 millones de euros.
Repsol fue la primera en anunciar la construcción de una planta, pero será la última en ponerla en funcionamiento, en el primer trimestre de 2010. El grupo levantará una planta de esteres de ácidos grasos (Fame) de 200.000 toneladas anuales en los terrenos de situados en el recinto de la refinería de La Pobla de Mafumet (Tarragona). La planta procesará aceites vegetales crudos (colza, soja y palma).
El proyecto está actualmente en fase de solicitud de licencias municipales, señaló un portavoz. Por el momento, Repsol cuenta con un acuerdo firmado recientemente con Bionet por el que esta última le suministrará 50.000 toneladas de biodiésel durante dos años. Las mismas fuentes señalaron que los planes de Repsol pasan por instalar un millón de toneladas de biocarburantes a medio plazo, incluyendo los proyectos externos a la petroquímica tarraconense, como la planta que construirá en León, con Caja España, Ucogal y el Instituto para la Diversificación y Ahorro Energético (IDAE), que constará de inversiones de 80 millones.
La Seda de Barcelona también se ha involucrado en un proyecto similar, en sus terrenos de la factoría de glicol de IQA. En este caso, la inversión se sitúa en los 45 millones, para conseguir una capacidad de 200.000 toneladas a partir del segundo semestre de 2009. La factoría creará 40 puestos de trabajo. La Seda pone en marcha con esta planta la alianza firmada con el fabricante de componentes de automoción CIE Automotive, que prevé instalar otras factorías fuera de España. La compañía que preside Rafael Español cuenta con el 60% del capital de Biocombustibles La Seda, la sociedad mixta creada con CIE que explotará la marca Bioseda. CIE comercializará el biocombustible en la red de 200 gasolineras Bionor.
Basf cuenta con terrenos sin utilizar en la petroquímica tarraconense. La falta de proyectos de ampliación y de nuevas inversiones en su actividad química ha facilitado las negociaciones de la multinacional alemana con los grupos Hemeretik y Entabán, a los que prevé alquilar parte de sus solares, con la aportación del valor añadido de los servicios logísticos y energéticos.
Basf no se ha integrado en la explotación de estas plantas, sólo prevé rentabilizar sus activos en el polígono. Por su parte, Hemeretik y Entabán mantienen proyectos independientes, con la intención de instalar hasta tres plantas de biodiésel, que entrarían en servicio en 2008.
Proyectos con escasa viabilidad real
La práctica totalidad de los proyectos planteados en España cuentan con una escasa rentabilidad. 'Incluso puede salir a cuenta importar el biodiésel de Estados Unidos', señalaron fuentes del sector. Sin embargo, la obligación mínima de incluir un 5,83% de este tipo de aditivos en los carburantes (tanto para el biodiésel como para el bioetanol) a partir de 2009 ha revalorizado el interés de las grandes petroleras en acelerar su producción. La Comisión Europea (CE) ha fijado que este porcentaje aumente progresivamente hasta el 10% en 2020.