Fomento abandona el 'modelo alemán' para financiar obras
El Gobierno abandonará el modelo alemán (se paga cuando la obra está finalizada) como sistema alternativo para financiar grandes proyectos de infraestructuras. Fuentes de Fomento explican que el mecanismo fue de utilidad en su día para salvar la escasez de recursos, pero en el fondo sólo contribuye a comprometer las cuentas públicas futuras.
El modelo alemán o también denominado de ¢abono total del precio¢ ha permitido desde su creación en 1996 a las distintas administraciones seguir invirtiendo con un impacto presupuestario menor. Y es que bajo el mecanismo tradicional las grandes inversiones de obras deben computarse como gasto público, y por tanto pagarse, según se van ejecutando. Con el modelo alemán la anotación contable puede seguir fraccionándose durante todos los años que se prolongue la ejecución de un proyecto, aunque el desembolso no se produzca hasta el final, hasta el momento en el que la Administración licitante recepciona la obra acabada.
A mediados de los años noventa la implantación de este mecanismo sirvió a España para recuperar niveles de inversión óptimos en construcción y cumplir al mismo tiempo con las duras exigencias de Maastricht en materia de déficit público. De hecho, los Ministerios de Fomento y Medio Ambiente, los dos grandes inversores delGobierno central, han licitado bajo esta fórmula obras por valor de 5.775 millones de euros.
Fuentes oficiales consultadas confirman que el problema de utilizar este sistema sin las debidas cautelas es que compromete la disponibilidad de recursos de los presupuestos futuros y por ello el vicepresidente económico Pedro Solbes ya advirtió al inicio de esta legislatura que no le gustaba el método alemán.
Ahora, con el diseño del mecanismo que va a permitir realizar la reforma de las autovías más antiguas o de primera generación, basado en el modelo del peaje en sombra, Fomento cree haber encontrado un sistema por el que dar entrada al capital privado en la financiación de grandes proyectos con todos los beneplácitos de Bruselas.
Con dicha fórmula el concesionario asume el coste de construcción de la obra y su explotación durante 20 años. A cambio, recibirá cada año un canon de la Administración en función de una serie de parámetros, como tráficos o calidad de los servicios prestados. De no ser por este sistema obras de esta envergadura, de más de 6.000 millones de euros, no podrían hacerse con los escasos recursos públicos. Las administraciones resuelven almismo tiempo el problema de la conservación en buen estado de los equipamientos y la titularidad de las infraestructuras continúa siendo pública.
En cuanto al empleo de la fórmula tradicional de participación de la iniciativa privada en la construcción de infraestructuras, la concesión a cambio de peajes, el Ministerio ha confirmado su determinación de ser muy exhaustivo a corto y medio plazo. ¢Debemos respetar el principio de que exista un trazado alternativo gratuito y ahora ya no quedan en España tantos lugares donde la densidad de tráfico permita esa duplicidad¢, reconocen fuentes oficiales. Por ello, de momento no hay prevista ninguna licitación de nuevas autopistas.