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Organismos internacionales

Rato deja el Fondo Monetario pendiente de reformas clave

Los emergentes piden al Fondo que vigile a los países desarrollados

Rodrigo Rato ofició este fin de semana su última cumbre al frente del FMI antes de pasar el 1 de noviembre el testigo al francés Dominique Strauss-Kahn. Quien fuera vicepresidente económico de España se va unos dos años antes del fin de su mandato por razones familiares y deja a medias un proceso de reforma de la institución que él mismo abrió. El objetivo de esta reforma es actualizar la estructura del Fondo, reorganizando las cuotas de los 185 países miembros, dando más voz a economías emergentes y dinámicas, y dotar de mayor relevancia mundial a una institución, creada hace 63 años, que ha perdido el paso de la nueva dinámica económica global.

Además, el FMI tiene que cuadrar sus propias cuentas ya que la bonanza económica de los últimos años han hecho menos necesarios sus créditos y se ha mermado su fuente de financiación. Standard & Poor's asegura que la institución perderá más de 200 millones de dólares este año. 'Existe el riesgo de que se perjudique su papel en el futuro si no restablece sus finanzas'. El comité presidido por Andrew Crocket para ofrecer alternativas a la financiación del FMI, una iniciativa de Rato, no hará propuestas sobre qué hacer hasta abril.

Durante la cumbre del pasado fin de semana, Rato describió su plan de cambio 'como una maratón, no un sprint', para contrarrestar las críticas de quienes afirman que no se ha avanzado sobre unas reformas que algunos economistas han considerado también insuficientes pese al espaldarazo público por parte del G-7 y el gobierno del FMI. Rato explicó que se estaba en un momento intermedio del proceso.

Lo cierto es que la reorganización de las cuotas, pedida por el G-7 y los países emergentes, queda en el aire para la cumbre de primavera. En el pasado, Rato ya había resaltado la dificultad que existe en poner a 185 naciones de acuerdo. Es algo que lastra la reforma. Ayer msimo el gobernador del banco central de Canadá, David Dodge, afirmó que esta última reunión ha sido 'una decepción'. El ministro alemán, Peer Steinbrueck, dijo también que compartía este sentimiento por lo 'poco conseguido'. 'Estamos más lejos de una solución que nunca', dijo para señalar que las economías emergentes han hecho muchas demandas.

El secretario de Estado de Economía, David Vegara (que sustituyó a Pedro Solbes en Washington a última hora), admitió que 'se han visto algunos avances' pero no 'son significativos', aludiendo a la complejidad de la discusión técnica y política.

Aunque en la cumbre anual anterior en Singapur se avanzó sobre la cuota de Corea, China, México y Turquía los rumores apuntan a que Strauss-Khan tendrá que empezar desde el principio buscando acuerdos. España quiere ampliar su cuota aunque los emergentes creen que eso significa dar más poder a una Europa ya muy poderosa. Ahora España tiene el 1,4% y le correspondería un 2%.

Como contrapunto a las críticas de Steinbrueck, los países emergentes representados en el G24, los protagonistas del actual ciclo económico, dudan de las intenciones del Fondo porque las últimas grandes decisiones: el sucesor de Rato y el de Gordon Brown al frente del comité financiero y monetario se han resuelto como siempre, con el espaldarazo de los mayores socios del FMI y a favor de dos europeos. Con respecto a las propuestas encima de la mesa para la reforma de cuotas, dijeron que eran 'decepcionantes e inaceptables porque no llegan a los objetivos de una reforma fundamental'.

El ministro brasileño, Gido Mantega, ha sido uno de los más críticos con el FMI que en unos días dejará Rato. Señaló ayer que los países desarrollados están ofreciendo mucha resistencia al cambio. Mantega expresó, al igual que lo hizo el comunicado del G24 en el que su país está incluido, una crítica directa al Fondo al sugerir que la institución debía pasar menos tiempo vigilando sus economías y más la de los países desarrollados. 'Países que eran la referencia de buen gobierno para los sistemas financieros, son los que están teniendo problemas de fragilidad financiera arriesgando la prosperidad de la economía mundial', sentenció el brasileño.

El G-7 se muestra más contundente con China

Pese al lenguaje diplomático de los comunicados del G-7, los países más ricos del mundo, el hecho público en Washington este fin de semana mostró una mayor contundencia en la demanda a China para que aprecie su moneda con respecto al dólar. 'A la vista de su mayor superávit por cuenta corriente y la inflación local, enfatizamos la necesidad de permitir una acelerada apreciación de su tipo de cambio efectivo'. En el pasado este escrito hablaba de facilitar 'el movimiento' del yuan. En Europa se cree que si China cede, se aliviará la presión soportada por el euro (sobre el que no hubo mención por el G-7). Pekín discrepa y cree, que una revalorización ahora perjudicará a su economía.

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