Las ventajas de un euro fuerte

Un euro fuerte provoca efectos negativos sobre la competitividad de las empresas europeas más expuestas a los mercados internacionales. Desde foros políticos y empresariales se ha presionado al BCE para que no suba los tipos de interés y evitar así una mayor revalorización de la divisa frente al dólar.

Sin embargo, pocas voces defienden las bondades que para diversos colectivos tiene un euro poderoso. Para el inversor se abren posibilidades en EE UU y los países del área dólar, antaño una meta ilusoria y ahora al alcance de muchos europeos gracias a la fortaleza de la moneda comunitaria. La puerta se abre especialmente en el mercado inmobiliario de EE UU favorecido, además, por la caída de precios. El metro cuadrado de un apartamento de lujo en Miami cuesta 5.500 dólares que al cambio se rebaja a 3.879 euros. En comparación, el metro cuadrado de media (por tanto, no de una urbanización de lujo) en Madrid está a 3.990 euros, en Bilbao a 3.462, en San Sebastián a 4.192 euros y en Barcelona a 5.150 euros.

Pero el sector inmobiliario no es la única alternativa de inversión que ofrece posibilidades. El ahorro también se puede dirigir a depósitos en otras monedas o a hipotecas multidivisa, especialmente en yenes, que aunque minoritarias ofrecen posibilidades muy rentables. Como consumidores, los europeos pueden capear mejor el temporal de un petróleo en máximos gracias al tipo de cambio, que modera la subida del 95% del crudo producida en los últimos 18 meses a un 33% si se mide en euros en lugar de dólares. Igualmente, el turista puede obtener muy buenos precios en las regiones donde se paga con el billete verde y de paso realizar compras con un descuento notable. Se trata de la cara positiva de un euro fuerte, que no tiene por qué analizarse siempre desde su envés más negativo.