La plantilla de Chrysler, en huelga por vez primera en 10 años
La historia se repite en la industria de la automoción estadounidense. Los empleados de 19 de las 24 plantas de Chrysler en el país iniciaron ayer en huelga ante la incapacidad de llegar a un acuerdo respecto al nuevo convenio colectivo. En total, están llamados a la huelga 49.000 empleados. De las cinco plantas que no han llevado a cabo paros, cuatro ya habían suspendido temporalmente la producción.
Esta huelga se produce después de que a finales del mes pasado, unos 73.000 miembros del sindicato United Auto Works (UAW) y trabajadores de General Motors secundaran un paro nacional durante dos días, el primero de tales características desde 1973, si bien las partes alcanzaron finalmente un principio de acuerdo.
Los negociadores de UAW habían impuesto la fecha límite para alcanzar un acuerdo a las 11 de la mañana de ayer (las 17.00 hora peninsular española). El desencuentro, sin embargo, se mantuvo tras varios días de maratonianas reuniones.
Según fuentes próximas a las conversaciones citadas por la agencia Bloomberg, Chrysler, inmerso en un plan de ajuste que contempla la supresión de 13.000 empleos, ha planteado a UAW la necesidad de suprimir otros 1.500 empleos administrativos. La compañía dispone de inventario para dar cobertura a la demanda durante un plazo aproximado de 71 días.
Los analistas, al igual que sucediera en el caso de General Motors, prevén una huelga corta. Sin embargo, quizás no sea tan sencillo un acuerdo en Chrysler como sucedió con el gigante estadounidense de la automoción. GM arrancó de sus empleados dos cuestiones clave -entre otras- poder crear un segundo grupo de empleados que trabajan en actividades secundarias con un salario mucho menor; y la externalización de los compromisos de pensiones en un fondo.
Las dificultades por las que pasa este convenio, que debería seguir el patrón acordado con GM, es que el fondo Cerberus, dueño de Chrysler, quiere más ahorros de los que han sido concedidos a GM en cuestiones como la financiación del fondo.
Además Chrysler no se quiere comprometer a largo plazo a utilizar las líneas de producción para determinados vehículos más allá de 2011 y quiere tener la flexibilidad de contratar a personal que no pertenezca al sindicato.