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CincoSentidos

La gira española de los magos de la estética

La medicina estética hace furor. La empresa Dream Image trae a España a los mejores profesionales del mundo.

La gira española de los magos de la estética
La gira española de los magos de la estéticaBLOOMBERG

Algunos les califican de magos por su capacidad para borrar el tiempo del rostro de sus pacientes, otros prefieren referirse a ellos como arquitectos de la belleza por su pericia para remodelar los rostros y los cuerpos con la precisión de los hacedores de rascacielos. Son los profesionales de la medicina estética. Un oficio que lleva décadas saboreando las mieles del éxito.

Estos médicos y cirujanos comparten el gusto por el más difícil todavía, una apretadísima agenda que reparte su tiempo entre París, Londres y Nueva York y una devoción casi filial por el legado del cirujano Yvo Pitanguy, hoy con un pie en la jubilación y otro en la coordinación de un equipo médico entrenado desde hace tiempo en Brasil para administrar su maestría en el uso del bisturí, y con una pléyade de discípulos en todo el mundo.

Los top de la medicina estética mundial se llaman Jean-Louis Sebasgh, Maurice Dray, Steven Hoefflin, Bernard Bodin y Jean-Luc Bachelier y tienen clínicas en París, Londres, Nueva York y Los Ángeles, donde imparten magisterio y donde aplican los más novedosos tratamientos estéticos que la ciencia ha puesto a disposición de la medicina.

'Los pacientes exigen naturalidad en los retoques'

Ahora llegan a España y lo hacen de la mano de la empresa Dream Image, que acaba de ver la luz con el propósito de hacer accesible lo mejor de la medicina estética mundial al gran público español 'como antes sucedió con la alta costura', anuncia Maren Müller, promotora de la iniciativa y propietaria de la Clínica Titanium, de Marbella. De la mano de Müller, un grupo de empresarias españolas con una amplia trayectoria en el mundo de la estética, primero como pacientes y ahora en calidad de managers han recorrido el mundo en busca de los más prestigiosos profesionales para que viajen periódicamente a España y realicen un periplo por las principales capitales de provincia atendiendo a aquellos pacientes interesados en sus técnicas. En un futuro no muy lejano Müller pretende dar el salto a Sudamérica y traer también a nuestro país la revolucionaria técnica de la liposucción ultrasónica, de uso regular en Francia.

Los reconocidos profesores Bodin y Bachelier, cirujano plástico y médico estético, respectivamente, han sido los primeros en desembarcar en España de la mano de esta empresa y hoy serán presentados a la opinión pública española por el embajador de Francia en España, Bruno Delaye. Bernard Bodin es discípulo del brasileño Yvo Pitanguy y del norteamericano Thomas Rees y experto en liposucción y rinoplastia (operación de nariz). Ha realizado innovadores trabajos de cirugía de la mama. Con él llega Jean Luc Bachelier, médico estético, pionero, entre otras cosas, de la rinoplastia no quirúrgica.

El brasileño Pitanguy es ya una leyenda, pero los franceses le andan a la zaga. Hollywood se rindió hace tiempo a sus pies y los revolucionarios productos cosméticos de Jean-Louis Sebasgh llenan los tocadores de superestrellas como Madonna, Elle McPhearson, Cindy Crawford o Meg Ryan.

Los médicos estéticos franceses hace tiempo que volvieron su vista a España. Maurice Dray, precursor en el uso de vitaminas y oligoelementos en la piel para regenerar su colágeno, es uno de los especialistas de medicina estética más famosos de Francia. Por su consulta de la rue Pressbourg, en París, una calle circular que rodea el Arco del Triunfo, pasan medio centenar de pacientes al día. Maurice Dray y su hermano Simón se establecieron en Barcelona hace diez años aprovechando el boom de los Juegos Olímpicos y de allí pasaron a la madrileña calle Ortega y Gasset. Hoy su magisterio se extiende por España, Gran Bretaña, Francia y los Emiratos Árabes Unidos y algunas familias del Golfo Pérsico le mandan sus aviones privados a París para que les visite en sus palacios.

Pero Dray no da nombres, como tampoco lo hace el mediático doctor Christian Chams, que habitualmente pasa consulta en la rue du Dôme y que todos los meses desembarca en Barajas para atender en un par de jornadas maratonianas a la jet madrileña.

El doctor Dray certifica la excelente salud de la medicina estética mundial, y especialmente de los tratamientos destinados a rejuvenecer el rostro. Atribuye este furor a la capacidad de la técnica y los oligoelementos para mejorar la calidad de la piel y frenar el paso del tiempo en muy pocas sesiones y a un precio razonable. 'Los tratamientos del cuerpo, en la mayoría de los cuales es imprescindible el paso por el quirófano, no ofrecen resultados tan extraordinarios', dice. En España goza de gran prestigio el bisturí de Antonio de la Fuente, Julio Millán, Antonio Tapia, Jacobo Maiz y Ángel Juárez.

Los pacientes de Dray, usuarios habituales de la medicina estética, piden 'naturalidad en los resultados' y por eso todos los grandes especialistas trabajan en la misma dirección: mejorar la calidad de la piel, hacerla más elástica, más hidratada, con un color más uniforme y más tonificada. El otro gran reto es acabar con las arrugas.

En cuanto al futuro, Dray asegura que los profesionales de vanguardia serán aquellos que sean capaces de sacar rendimiento a las luces pulsadas y al láser, 'dos técnicas que permiten regenerar el colágeno con una gran potencia', explica el médico parisino.

El programa español de Bodin y Bachelier consta de tres sesiones, cada una de ellas con un coste de 1.000 euros. El tratamiento está diseñado para proporcionar una completa remodelación de los ejes faciales sin hacer uso del bisturí. El proceso está concebido en tres etapas para que el cambio, perfectamente planificado, se produzca de una forma progresiva y con un resultado mucho más natural.

En la primera fase, el tratamiento se centra en la eficacia de la toxina botulínica para corregir las arrugas de la parte superior del rostro: arrugas de preocupación en la frente, arrugas del entrecejo y patas de gallo. Además de tratar la parte superior del rostro también se aplica toxina botulínica en la zona del cuello con el fin de armonizar el resultado del conjunto rostro-cuello de la paciente.

En la segunda sesión, transcurrido un mes desde el primer contacto, el tratamiento se completa, si resulta necesario, con adicionales infiltraciones para optimizar los resultados de la primera fase. Y se centra en la parte inferior del rostro y la zona alrededor de la boca y los surcos nasogerianos, rellenando la arrugas profundas mediante inyecciones de acido hialurónico. Su origen es 100% natural. Asimismo se aplican productos revitalizantes en la zona del cuello para proporcionar una completa luminosidad y tersura.

En la última sesión se remodela el perfil de pómulos y labios, con un look unrolling muy natural, y se rejuvenece también la nariz mediante un innovador tratamiento de rediseño.

Las europeas toleran mejor las arrugas

Las mujeres europeas son más tolerantes con las arrugas en el rostro que las estadounidenses, según un estudio sobre hábitos de belleza realizado en seis países -EE UU, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia y España- por la compañía de productos de cosmética Allergan y presentado en Nueva York. Más de la mitad de las participantes norteamericanas reconoce que no tolera las arrugas en la cara y que, si pudiera, las haría desaparecer de inmediato. 'Sin embargo, en Europa la mayoría de mujeres quieren parecer naturales y no artificiales', según explica Wendy Lewis, considerada por muchos como una gurú de la cirugía cosmética. Comparando las opiniones de 7.000 mujeres, el estudio muestra que ocho de cada diez reconoce tener arrugas en la cara, pero tan sólo un 40% querría deshacerse de todas ellas. Las mujeres italianas y las españolas son las que mayor predisposición muestran a la hora de aplicarse botox, aunque las españolas, como las alemanas, apenas lo usan. El mayor gasto en productos cosméticos lo realizan las italianas y las españolas, quienes consumen al mes un promedio de 70,7 y 63,5 dólares (50 y 45 euros) respectivamente, frente a los 40 dólares (28,5 euros) que invierten las norteamericanas. El estudio desvela el gusto por el cuidado de la piel y la belleza de los hombres, que no escapan a la moda del botox.

Atentos a

El uso del botox resulta imparable en las sociedades occidentales y crece actualmente a un ritmo anual del 400%. No sólo las mujeres se han convertido en usuarias habituales de este producto, también los hombres se han aficionado a estas inyecciones.

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