Las cuentas claras y la despensa llena
Esta semana comienza la tramitación de los Presupuestos del Estado para 2008, los últimos de la presente legislatura. Con ellos, prosigue la aplicación de una política económica de éxito. Sí, de éxito, tal y como reconocen todos los organismos internacionales y la Comisión Europea, que cataloga a España como una de las economías mejor gestionadas de la UE junto a Finlandia.
El éxito es cuantificable. En cuatro años, España se ha convertido en líder de las principales economías del mundo en crecimiento, creación de empleo y rigor presupuestario. Estamos fortaleciendo la cohesión y el bienestar de los ciudadanos. Una gestión de éxito por el que toda la sociedad debe felicitarse.
En estos cuatro años hemos demostrado que se puede crecer más y repartir mejor los beneficios del crecimiento entre la población. Pero estos resultados no son fruto de la casualidad ni de la coyuntura internacional, por cierto, igual para todos los países. Se deben a que teníamos un diagnóstico muy claro de lo que necesitaba la economía española, tal y como se recogió en nuestro programa electoral, por lo que cuando accedimos al Gobierno sabíamos lo que teníamos que hacer, por qué y cómo lo teníamos que hacer. Necesitábamos un relevo de los motores del crecimiento. España no podía seguir creciendo con bajos niveles de productividad y volcada en exceso en un único sector. Era nuestro planteamiento en la oposición, del que hacía oídos sordos el Gobierno de entonces y planteamiento que estamos aplicando con determinación.
Nos comprometimos con un programa de Gobierno que estamos cumpliendo, siendo los PGE de cada año el instrumento en el que se concretan los diversos compromisos. También con los Presupuestos para 2008. Por eso, los Presupuestos que ahora se van a debatir prosiguen la línea de los anteriores demostrando que el Gobierno cumple sus compromisos de gasto y estabilidad presupuestaria para la legislatura.
Para el 2008 se prevé que la economía española crecerá un 3,3%, se crearán más de 400.000 puestos de trabajo, caerá la tasa de paro por debajo del 8% y se alcanzará un superávit del 0,3% del PIB con un incremento significativo del gasto productivo y social. Todo ello acompañado, además, de una nueva rebaja fiscal para las familias valorada en casi 2.300 millones. Aumentan las deducciones por nacimiento o adopción de hijo y por alquiler de vivienda y, para neutralizar el efecto de la inflación, se deflacta la tarifa del IRPF y aumentan los mínimos personales y familiares y la deducción por rendimientos del trabajo.
Por el lado del gasto, un Presupuesto que impulsa un crecimiento más sólido y persigue mejorar la productividad, tiene que seguir apostando por el gasto productivo, por la inversión en capital humano, físico y tecnológico. El gasto productivo se ha incrementado en esta legislatura en un 15,7% de promedio anual.
Como en años anteriores, las prioridades de gasto serán educación, I+D+i, infraestructuras, mejora de los servicios públicos, gasto social, con especial atención a la dependencia, la vivienda y la mejora de las pensiones, y ayuda al desarrollo. El gasto social absorbe más de la mitad del Presupuesto. Lo demandan los ciudadanos y lo ofrecemos, gracias a la eficaz gestión de la economía y a la firme voluntad de lograr que España sea también líder en políticas sociales. Nuestra apuesta es sentar las bases de una sociedad moderna.
Cuando escuchamos las críticas del líder de la oposición sobre que hipotecamos a España, contrastamos, una vez más, su capacidad para decir lo contrario de lo que nos muestra la realidad. Pero en economía la verdad tiene un poderoso aliado, los datos. Cuando llegamos al Gobierno, la deuda pública era el 48,7% del PIB, hoy tenemos el nivel más bajo de los últimos 20 años, un 39,8%, y seguirá bajando con intensidad. Hemos triplicado las aportaciones al fondo de la Seguridad Social, para asegurar con más garantía el futuro de las pensiones.
Habría que recordarle al señor Rajoy que no puede dar lecciones de rigor presupuestario. El PP defendía una política de estabilidad basada en el déficit cero. Lo que significa superávit cero. En palabras del propio Sr. Rajoy, la despensa vacía. Nosotros defendemos y aplicamos la política de estabilidad presupuestaria a lo largo del ciclo, lo que significa generar superávit en las etapas alcistas. La despensa llena. Por ello, este Gobierno ha sido el primero en democracia en alcanzar superávit en las cuentas públicas en todos y cada uno de los ejercicios. Y en estos Presupuestos de 2008 también. Y ello respetando nuestra política social, recogida en el programa electoral de 2004 y que estamos cumpliendo.
Inmaculada Rodríguez Piñero. Secretaria federal de Política Económica y Empleo del PSOE